Judy Hoops es una coneja que ve su sueño cumplido al convertirse en la primera policía de su especie. Es destinada en la gran ciudad de Zootropolis, y aunque comienza desde abajo no cejará en su empeño de ocuparse de un caso importante. Nick Wilde es un zorro de oficio dudoso que se verá obligado a colaborar con la agente Hoops para encontrar a una nutria desaparecida. El caso no tardará en desenmascarar una amenaza mucho mayor.
La estructura de Zootropolis bebe directamente de los buddy films policíacos de los 80. La pareja imposible, formada por un personaje recto y eficiente y uno más caradura, se recorre la ciudad de punta a punta, interrogando a sospechosos de lo más variopinto y colándose en locales de medio pelo (especialmente acertada la escena en el Oasis/balneario).
El desarrollo de la investigación funciona a las mil maravillas, manteniendo el interés en todo momento con unos giros de guión muy bien llevados. La única pega que le veo es que todo desemboca en un desenlace un tanto apresurado que adolece de un simpleza infantil que hasta ese momento se había conseguido esquivar.
Zootropolis tiene un arranque sensacional. Con solo unas pinceladas nos presentan un mundo donde la evolución ha supuesto la civilización del mundo animal (y una inquietante omisión de la presencia del hombre). La convivencia de la fauna humanizada es algo muy habitual en las historias infantiles, pero pocas veces se ha profundizado en como afecta en la sociedad las relaciones entre especies. Zootropolis aprovecha este contexto amable para hablar abiertamente sobre temas como la discriminación, el racismo, las clases sociales… y para un servidor incluso sobre los prejuicios que giran en torno al terrorismo (por momentos la película parece una versión con animales de ‘Estado de sitio’ de Bruce Willis y Denzel Washington).
Aun así la película funciona como una sucesión de momentos cómicos bastante conseguidos (en especial los perezosos) ya que los elementos más serios y dramáticos permanecen en todo momento en segundo plano, asomando la cabeza en contadas ocasiones.
En definitiva, Zootropolis es una buena película de animación a la que Disney no consigue darle ese toque especial del que hacen gala las producciones de Pixar. Más cercana a la magnifica Rompe Ralph que a la fallida Big Hero 6, consiguiendo mantener la propuesta inicial en algo más que una anécdota.
Lo mejor: Unos guiños constantes que encajan perfectamente en la historia, especialmente el referente a la serie Breaking Bad. Y el socio de Nick.
Lo peor: SHAKIRA. Todo lo referente a la cantante resulta tan bochornoso, desde su mera imagen hasta la canción que te plantan en medio de la peli. Horrible. Encima tiene un numerito final que hace imposible el visionado de los títulos de crédito del final. (Ah! Y Snooki de ‘Jersei Shore’ también sobra un poco…)