Después de Días del futuro pasado, ha vuelto X-Men con una nueva entrega centrada en Apocalipsis. Después de miles de años, el villano llamado Apocalipsis ha despertado, y es el primer y más poderoso mutante de todos los X-Men, ya que acumula los poderes de muchos mutantes, lo que le hace inmortal.
Apocalipsis quiere acabar con la humanidad y recluta poderosos mutantes para formar un equipo, entre ellos, Magneto. Pero otros mutantes X-Men como Mística y Profesor X se aliarán con otros mutantes para detener a Apocalipsis y salvar a los humanos de La Tierra para evitar la destrucción total.
Esta nueva entrega sigue la tendencia de las anteriores: dar a conocer los orígenes de algunos de los protagonistas explotando el factor cronológico para el desarrollo de la trama de las películas. Sitúa el transcurso de esta nueva película sobre la década de los años 80.
El director Bryan Singer consigue convencer con esta nueva entrega X-MEN: Apocalipsis. A pesar del planteamiento inicial, sabe tejer el argumento encajando las diferentes piezas y tempos para así convencer al espectador de que es una película trabajada, no como muchas de argumento simple y previsible desarrollo que hemos visto en el género de los superhéroes. Denota algo más de complejidad y riqueza argumental como ya se vio en la anterior entrega Días del futuro pasado.
A pesar de los recurrentes cambios de equipo por parte de alguno de los personajes de la historia, lo que hace que los X-MEN tengan éxito es la unidad, el trabajo en equipo y la fuerza del grupo, una máxima que es contante y se puede observar en todas las películas.