Ya se nos han terminado esas tardes de lunes viendo el nuevo capítulo de Walking Dead. La serie de zombis más popular de la televisión ha terminado ya su tercera temporada. Han pasado muchas cosas desde que Rick se despertó en aquel hospital destrozado. Imaginaros que sois vosotros los que os despertáis de un coma y encontráis vuestra ciudad llena de muertos paseando por la calle y con mucho apetito. Seguro que más de uno optaría, como en la serie, a coger un arma muy grande y comenzar a pegar tiros. Seguro que más de uno iría a buscar al zombi de su jefe solo para darse el gusto.
¡Alerta spoiler!
Después de una primera temporada muy emotiva y con mucha acción, seguimos con una segunda temporada marcada por los protagonistas más jóvenes. La única niña del grupo se pierde y al hijo del sheriff le pegan un tiro. Personalmente la segunda temporada fue la que menos me gustó. Creo que había mucho bla bla bla y le faltaba algo. Por suerte los últimos capítulos si fueron muy emocionantes. Invasión de zombis y evasión en la granja. Hechos que dieron pie a las nuevas circunstancias que hemos podido gozar en esta tercera temporada.
Hemos conocido a nuevos personajes y creo que ya no podríamos vivir sin ellos. No me negaréis que Michonne, Merle y El Gobernador no le han dado acción a esta temporada.
Con el tiempo hemos visto cómo nuestra experta con la catana ha ido sonriendo y hablando cada vez más (cosa que parecía imposible). A veces cuesta mucho adivinar qué le está pasando por la cabeza, pero su impasibilidad delante de todo la convierte en la perfecta superviviente. Los demás se sienten seguros con ella. Nunca entenderé por qué Andrea la dejó ir para quedarse en Woodbury con un psicópata. Todos los esfuerzos por rescatar a Andrea fueron en vano. Pero no dejo de pensar en la situación y si Glenn pudo cargarse a un zombi atado a una silla, Andrea podría haber hecho lo mismo también.
Por otra parte el capitán garfio de la serie (Merle) siempre nos dejaba un comentario, broma o chulería que nos hacía sonreír o odiarlo mucho. No me gustó que intentara matar a Michonne, ni que le soltara un zombi a Glenn, pero si que me gustó su última decisión. Consiguieron cabrearlo mucho y se llevó a unos cuantos por delante junto con él. Fue muy triste la última escena cuando Daryl lo encontró transformado en zombi. ¿Qué hubieseis hecho vosotros?
Y finalmente uno de los grandes protagonistas de esta temporada: El Gobernador. Posiblemente el personaje más odiado de toda la serie. Frío, demente, calculador y siempre consigue sobrevivir. Solo en los últimos tres capítulos debería haber muerto unas cinco veces. Andrea le suelta un horda de zombis, Michonne le clava un cristal en el ojo y no es suficiente. Creo que somos más de uno los que le gritábamos a la pantalla: ¡Mátalo ya!
Al principio de la temporada veíamos a este personaje como el salvador de un pueblo. Pero a cada capítulo que pasaba íbamos viendo su auténtica naturaleza. Cada vez más loco. Tenía la esperanza de que lo mataran al final de esta temporada, pero parece que este personaje va a dar mucho más de si.
Estos tres individuos han sido claves en esta temporada. Pero no podemos olvidar al resto. Hay muchos de ellos que más o menos se han quedado igual, pero hay otros que merecen una mención especial. Lori nos dejó al principio de la temporada y esto provocó que dos personajes modificaran su comportamiento. Uno de ellos es nuestro protagonista principal: Rick. Al final de la segunda temporada vimos como ponía firmes a todos los del grupo proclamando que la democracia había terminado y cuando muere su mujer, comienza a volverse loco. A mi me dejaron con mucha intriga cuando terminó el capítulo donde suena un teléfono de la prisión. Me creía que encontrarían a otro grupo o incluso que sería alguien de Woodbury, pero lo que no me esperaba es que Rick comenzara un proceso donde vería a Lori por todas partes. Al final de la temporada parece que consigue centrarse y volver a un sistema democrático dentro del grupo.
Pero cuando las cosas parecen terminar para Rick, se le plantea un problema que tenía ya olvidado: ejercer de padre. La expresión “la cárcel cambia a un hombre” cobra significado con nuestro personaje más joven. Carl ha madurado mucho durante estos últimos capítulos y a mi parecer, ha ejercido más de líder que su padre en algunas ocasiones. Demostró ser muy frío al pegarle un tiro a su madre, pero lo ha ido demostrado capítulo a capítulo. Ya vimos como se alió con Michonne para conseguir una fotografía de su familia (me encantó ese capítulo) pero nos consiguió sorprender en el último capitulo al disparar a un chico que se iba a rendir. Pero la guinda del pastel fue la cara del niño al ver que su padre se había traído a todo el pueblo a la cárcel. “¿Qué es eso?” le pregunta con indignación a Rick.
No sé qué pensaréis vosotros, pero el final de esta tercera temporada te deja un poco indiferente. No fue tan bestia como en ediciones anteriores ¿no creéis? Fue un poco flojo. Ahora nos toca esperar un montón (hasta septiembre por lo menos) para ver de nuevo a Rick y compañía. A ver en qué líos se meten en la cuarta temporada.