Teniendo en cuenta que los británicos tienen ese savoir faire para las miniseries, no es raro que la BBC haya triunfado una vez mas con una de sus últimas producciones; Top of the lake. Además, cuenta con el gran Peter Mullan y con una temática de niñas desaparecidas que no deja de recordarnos a la magnífica Red Riding Trilogy de Channel 4, de la que ya hablamos en Silence (puedes leer el artículo de ésta, si clicas AQUÍ).
Siendo una miniserie de seis capítulos, Top of the lake es una de esas historias que empiezan con un pueblo precioso, tranquilo y perdido en las montañas…que esconde mierda muy oscura. La historia empieza con la desaparición de una niña de doce años, hija de uno de los hombres más poderosos de la ciudad, Matt Mitcham (Peter Mullan). No poderoso por tener dinero, pero sí por ser una de las familias mas antiguas de la ciudad…y por otras cosas, que no se pueden decir de momento. Él también es el dueño de unas tierras llamadas “Paradise” (Paraíso), preciosas y también vacías. Pero ese vacío es aprovechado por una comunidad de mujeres nómadas con una excéntrica líder espiritual que las guía; GJ (Holly Hunter). Y aquí empiezan más problemas. Cuando Tui (Jacqueline Joe) desaparece (la hija de Matt Mitcham), Robin (Elisabeth Moss), una detective que nació y creció en Top of the lake, se encarga de la investigación. Y lo hace muy a conciencia, pues en su interior esconde un secreto relacionado con el caso. Pero lo que más me gusta del pueblo es el misterioso lago en el que tantas historias han sucedido, y que por algún motivo tiene un papel importante en la serie. Todo esto sólo es la punta del iceberg de lo que pasará en las montañas de Top of the lake. Os dejo aquí el trailer.
Que Holly Hunter y Peter Mullan son dos gigantes televisivos y cinematográficos ya lo sabíamos, pero Elisabeth Moss es la nueva estrella que arrasó en los Emmy de hace un par de años por esta producción. Yo sólo la conocía por su papel de Peggy en la serie Mad Men (gran personaje, también), y en Top of the lake me sorprendió muy gratamente. Podría decir que es una serie coral por la cantidad de personajes importantes que son cruciales en la historia, pero Robin es la que une todos los cabos sueltos. Su personaje vive torturado por su pasado, y volver a su pueblo de la infancia sólo le lleva a reencontrarse con sus peores fantasmas.
A parte de eso, la serie tiene un estilo bastante marcado, que nos recuerda a Bates Motel e incluso a Twin Peaks, tanto por la temática como por la cinematografía. Y, igual que en estas otras series, los personajes tienen mucho mundo interior; parece que todos pudieran tener su propia historia que diera para una miniserie. Tui, GJ, Matt, Johnno Mitcham (Thomas M. Wright); el hijo renegado de los Mitcham, o Al (David Wenham); el policía del pueblo. Y los niños del pueblo tampoco se quedan cortos, con ese pacto de no hablar a los adultos, pero en realidad con tanto que decir. Igual que la gente que trabaja para Matt Mitcham y sus hijos, que no quiere hablar de lo oscuro que sucede en el pueblo, pues callar es lo más conveniente. Es complicado, es como una telaraña de sucesos y todos afectan a las mismas personas y hacen que el pueblo sea como es. Y todo esto lo cuentan de un modo espectacular.
Tenéis que verla. No lo digo yo, lo dicen todas las nominaciones y premios que ha recibido en los Emmy Awards y en Sundance, entre otros, en los últimos dos años. Los fans de la serie ruegan por una segunda temporada ¿Alguien les hará caso? Ojalá.