Dejad de poner velas y rezar a los dioses. Vuestras plegarias han sido escuchadas, Anthony Hopkins ha vuelto a la gran pantalla como protagonista. Lo habíamos visto en películas como El Caso Heineken en 2015 y, por supuesto, en fugaces apariciones en superproducciones como Thor interpretando al todopoderoso Odín. Echaba de menos todo lo que su presencia puede aportar a un filme y debo decir que me he quedado muy satisfecho.
John Clancy (Anthony Hopkins) es un reconocido vidente con un amplio historial de colaboraciones con el FBI. Los casos más complicados han sido resueltos misteriosamente con tan solo su presencia y el simple tacto con objetos clave de los diferentes asesinatos. Ahora, ya retirado, vuelven a reclamar sus servicios para investigar un caso desconcertante. Un asesino rápido, “compasivo” y totalmente impredecible lleva ya varias víctimas sin dejar ningún tipo de pista: ni huellas, ni pelos, ni nada que el mejor equipo del CSI pueda encontrar.
Cuando he dicho que John Clancy es un vidente he olvidado decir que es uno de esos que puede ver más el pasado que el futuro. Para resolver casos y ver con toda claridad los hechos del crimen es una habilidad excelente, pero en esta ocasión, al igual que el FBI, nuestro protagonista se verá muy frustrado con su don al no poder ver con claridad al asesino. ¿Se tratará de otra persona con un don parecido al de nuestro protagonista?
Anthony Hopkins vuelve a utilizar algunos de los recursos interpretativos con los que nos maravilló como Hannibal Lecter y que nos encantan. Su tranquilidad al reaccionar ante las situaciones más inquietantes, su frialdad a la hora de hablar (aunque en esta ocasión lo hemos visto sonreír e incluso explicar algún chiste), su riqueza intelectual… Es un personaje que encaja muy bien en esta historia y que es ideal para transmitir el mensaje que se quiere transmitir con esta película. En ocasiones puede ser muy dura y os aseguro que os hará reflexionar. De lo que sí estoy seguro es de que estaréis muy entretenidos y que os sorprenderéis con cada giro argumental.
Colin Farrell es el otro gran artista invitado de esta película. La verdad es que no se le ve mucho tiempo en escena pero su personaje consigue estar a la par que el de Anthony Hopkins. Su personaje oscila entre la demencia y la inteligencia y decidir cual de estas dos palabras define al personaje estará a cargo del propio espectador. Como he dicho antes, esta película tiene un mensaje muy profundo con dos bandos muy claros y donde te verás obligado a posicionarte al final cuando tu acompañante te pregunte: ¿Qué te ha parecido la película?
Sin dar más pistas responderé a la pregunta diciendo que es una buena película dentro del género thriller paranormal, que tiene dos actores que llevan el filme a un nivel muy alto y que en ningún momento decae el nivel de entretenimiento ni de misterio que envuelve la trama principal. Dicho esto, sí, os recomiendo que la veáis de algún modo u otro.