Rabia, sorpresa, engaño, tristeza y emoción son algunos de los sentimientos con los que salí del cine tras ver Perdida. Así es queridos cineastas, el gran David Fincher nos ha vuelto a dejar con la boca abierta sumando más puntos para mantenerse en el top 10 de los maestros del suspense en la historia del cine. Tras ver películas como El Club de la Lucha, Seven o Zodiac creía que ya no podría superar los enredos de una trama cuidadosamente estudiada para hacer que el espectador se muerda las uñas y experimente lo mismo que los protagonistas. Con El Club de la Lucha nos dejaron rotos con los personajes y su final, la respiración a través del teléfono del asesino conocido como Zodiac todavía suena en nuestras cabezas y Seven nos dio una lección sobre hasta dónde puede llegar la mente retorcida de un asesino para llevar a cabe una obra macabra.
Todo estas características alcanzan niveles superiores en este último film. En los primeros minutos vemos la presentación de Nick, marido interpretado por Ben Affleck, que comienza su jornada en el día que celebra sus quinto aniversario de matrimonio con muy poco entusiasmo. Al regresar a casa descubrirá señales de un claro forcejeo y su esposa Amy desaparecida. Arranca el misterio y la investigación policial.
David Fincher utilizará los recuerdos que Amy escribe en su diario para presentarnos escenas clave para entender cómo se ha conocido la pareja: sus primeros años juntos, su boda, primeros años casados, mudanzas, etc. Todos estos fragmentos plantarán una semilla en nuestra cabeza que crecerá para ayudarnos a deducir futuras situaciones de la trama. Todo el mundo es sospechoso pero siempre permanece la búsqueda constante de la desaparecida. No hay otro objetivo que encontrarla y nuestra mente nos hará elaborar varias teorías sobre quién y cómo ha secuestrado a Amy.
Durante toda la trama, Nick se verá perdido entre sus propios asuntos y en la desaparición de su mujer. Han introducido escenas en momentos muy precisos para que dudemos de la inocencia de Nick. En ocasiones pensaremos que nos está escondiendo cosas importantes y en otros momentos de sinceridad pensaremos que nos está intentando engañar. Este es el juego de la película. Nos intenta volver locos haciendo hipótesis que descartamos cada 5 minutos para elaborar una nueva.
Como antes he mencionado, El Club de la Lucha me dejó pasmado con su final. En esta ocasión nos dejan pasmados a mitad de la película provocando una necesidad de saber absolutamente todos y cada uno de los detalles que han llevado a esta situación y cómo afrontarlos para demostrar la verdad. Vuelvo a repetir que es una película que transmite muchos sentimientos y por eso os va a encantar.
A nivel de personajes no tengo ninguna queja. Tanto Ben Affleck como Rosamund Pike hacen un gran papel, sobre todo ella. Creo que en muy pocas películas he querido y odiado tanto a dos personajes como estos dos. Él es un escritor que a lo largo de la trama parece muy ausente y despistado que apenas puede abrir los ojos. Ella es un enigma. Es la clase de persona que no sabes lo que está pensando. Por otro lado hay que tener en cuenta otros personajes secundarios que tienen su peso en esta historia como la hermana de Nick, Margo Dunne, que está muy unida a él y que siempre lo ayuda en todo lo que puede. Personalmente me ha gustado mucho la interpretación de la actriz Carrie Coon que ha interpretado muy bien este personaje consiguiendo que la adore. Tambien me gustaría destacar la aparición del siempre artístico Neil Patrick Harris, que interpreta a un personaje cegado por un amor imposible y dispuesto a hacer lo que sea para conservarlo. Todavía es muy reciente la serie How I Met Your Mother y no puedo evitar ver a Barney Stinson interpretando un papel que no es el suyo. Pero ya pasará.
Perdida es una de esas películas que tardas en olvidar y que necesitas ver más veces para intentar atar todos los cabos sueltos. Aplaudo a David Fincher por superarse una vez más y espero que siga dejando el listón bien alto en un género que no nos ofrecía muchas sorpresas en los últimos años. Cuando sales del cine puedes sentirte cabreado con los personajes, engañado, satisfecho, triste o paranoico y esto es algo que muy pocas películas pueden conseguir a altos niveles. Personalmente salí con ganas de matar a alguien en la ficción pero estoy convencido de que no fui el único.