Es una tonta tarde de viernes en la oficina y alguien pregunta por “Elle“, la nueva película de Verhoeven, y eso enciende un debate acalorado, sobre los límites del cine en cuanto a moral y ética.
A priori todos nos posicionamos, o al menos eso quiero pensar, a favor de un arte sin límites, un arte capaz de provocar, un arte capaz de sacar la mente del espectador de su zona de confort y forzarle a pensar y cuestionarse sus propios límites.
El “arte“, no confundir con el cine entretenimiento, el que solo busca entretener a cuanta más gente mejor, lo es, si consigue provocar a quien lo está mirando. El arte, como ya se ha dicho muchas veces, es una intención.
Hay un gran pero, y es evidente, provocar es fácil, ser desagradable y molestar al espectador sin mensaje sin intención es uno de los peores pecados que se pueden cometer, querer atraer las miradas de toda la crítica solo por atreverte a poner en pantalla lo que otro no ha mostrado no te convierte en un artista que propone algo novedoso. Eso es hacer trampa.
¿Dónde está el límite del cine?
Recordaréis hace unos años el caso de A Serbian Film . Una película vacía proyectada en el Festival de Sitges de 2010 provocando un gran revuelo porque supuestamente mostraba pornografía infantil. La escena en cuestión, sucede cuando el protagonista, ex-actor porno es forzado a realizar una última película extrema. El protagonista drogado se ve inducido a penetrar lo que sería un bebé recién nacido. Bien, sacado de contexto esta escena se llevó a la plaza para un juicio popular donde gente, que evidentemente no había visto la película, consiguió llevar a primera linea una película que hubiese pasado desapercibida.
De todas maneras, los límites del cine no están escritos ni definidos, puedes enseñar y crear lo que quieras, siempre que sigas las normas o leyes de la humanidad claro, una snuff movie no entraría en este rango, dentro de una “normalidad” es el espectador el que tiene sus propios limites, es el espectador el que decidirá si lo que está viendo sobrepasa su capacidad o si de lo contrario puede asumirlo.
Además, cada escena viene precedida de un contexto y un tono. No es lo mismo, por ejemplo, que en una película de gangsters con Tom Hanks vestido de mujer se vea obligado a comerse una mierda, en la que asistiríamos a una escena cruenta, dura y oscura donde el acto de comer la mierda sería una experiencia negativa o en el caso contrario en Pink flamingos donde comerse una mierda es un paso mas hacia lo underground, contracultural, transgresor.
Así que puede suceder que un mismo acto (violación, tortura, beso) nos “moleste/ofenda” según el cómo, según la intención. Importa poco el qué, lo que importa aquí es como lo cuentas.
Así que para hacer un poco ameno todo el rollazo que os acabo de pegar… aquí mi pequeña selección de escenas que me han sido difícil digerir o que me han impactado (las que recuerdo).
1. Funny Games (Michael Haneke, 1997)
Una familia de tres van a pasar unas vacaciones a una casa al lado de un lago. Pero dos jóvenes psicópatas se colarán en la casa y los tomarán como rehenes en su cabaña.
Escena especialmente difícil de ver:
2. 4 meses, 3 semanas y 2 días (Cristian Mungiu, 2007)
Durante los últimos días del comunismo en Rumanía, una mujer ayuda a su amiga para abortar. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe en un hotel barato, para que le practique un aborto ilegal.
3. Contra la pared (Faith Akin, 2004)
Cahit ha intentado suicidarse y por ello, lo ingresan en la planta de psiquiatría del hospital. No consigue acostumbrase a dormir sin drogas ni alcohol. Ahí conoce a Sibel, una mujer musulmana, que decide casarse con él para poder liberarse de las leyes sociales de su familia.
4. Kids (Larry Clark, 1995)
Tiene una estética semidocumental y sigue a un grupo de adolescentes de Nueva York que consumen drogas y mantienen relaciones sexuales.
Escena especialmente difícil de ver: Jennie se queda dormida tras tomarse una pastilla y un tipo borracho se encuentra con ella y abusa sexualmente de ella.
5. Saló o los 120 días de Sodoma (Pier Paolo Pasolini, 1975)
Durante la época de la segunda guerra mundial en Italia, cuatro fascistas libertinos encierran a nueve adolescentes y los torturan psicológicamente, mentalmente y sexualmente durante 120 días.
Toda la película es difícil de ver.
6. Happiness (Todd Solondz, 1998)
Tras una aparente normalidad, todos los personajes ocultan algún secreto y alguna que otra perversidad.
Escena especialmente difícil de ver: Hacia el final de la película, uno de los personajes le dice a su hijo que drogó y violó su amigo (de 11 años) y que también violó a otro niño pequeño.
La película no te enseña ninguna escena dura pero es especialmente difícil escuchar la conversación entre los dos. Sobre todo cuando el hijo le pregunta a su padre “¿A mi me violarías?” y el padre le contesta “No, solo me masturbo pensando en ti“.
7. Irreversible (Gaspar Noé, 2002)
Cuenta todos los eventos que transcurren durante una noche traumática en París. La historia se desarrolla en orden cronológico inverso cuando violan y golpean brutalmente a una mujer en un paso subterráneo.
Escena especialmente difícil de ver: Hay una regla no escrita en el cine que dice que no se pueden mostrar explícitamente las escenas de violaciones sexuales. Pero en Irreversible hay una escena que dura casi diez minutos donde muestran una violación muy realista con imágenes perturbadoras.
8. Anticristo (Lars von Trier, 2009)
La protagonista se vuelve loca cuando pierde su bebé. Su marido, que es psicólogo, intenta ayudarla a superarlo y la lleva a una cabaña perdida en medio del bosque. Pero la terapia no funciona y todo empieza a salir mal.
Escena especialmente difícil de ver: Hay una escena que la mujer (loca) tiene sexo con su marido y luego, con un trozo de madera, le destroza los genitales.
9. El ciempiés humano (2009)
Un médico secuestra a tres turistas para cumplir su enfermiza fantasía de crear un ciempiés humano. Si todavía no has imaginado cómo es este ciempiés, aquí está la descripción: personas cosidas, boca a ano. Sí, lo lees correctamente y verlo es un nivel completamente diferente de locura.
Toda la película es difícil de ver.