“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”. Con esta frase da comienzo la novela de Juan Rulfo, en la que Juan Preciado va en busca de su padre para cumplir la promesa que le hizo a su madre antes de que esta muriese.
La búsqueda de su padre se acaba tornando en la construcción de la historia de su padre. Lo conoce a través de personajes que pasan por su vida como pasaron por la de su padre. Cada uno de ellos, con su testimonio y su vida van dejando piezas claves de la vida de Pedro Páramo. Pinceladas abstractas que acaban construyendo la biografía de Pedro al mirarla con perspectiva.
La novela tiene su inicio con la narración en primera persona de Juan Preciado. Y a lo largo de la obra se van sucediendo las narraciones en primera persona del resto de los personajes. Desde los más alejados de la vida de Pedro Páramo; hasta él mismo en una espiral que se acerca a su figura conforme avanza la novela.
“Apagó la llama de la vela. Cerró la puerta y abrió sus sollozos, que se siguieron oyendo confundidos con la lluvia”
El sentido poético de las imágenes y las palabras es protagonista en la novela. Juan Rulfo da vida a cada rincón y detalle para crear escenas diferentes que nos conmueven y nos trasladan a un mundo que oscila entre la vida y la muerte. El entorno no se limita a encuadrar la escena, forma parte activa de ella, condicionada por la situación y las emociones que experimentan los personajes.
“Este pueblo está lleno de ecos”
En la novela la muerte se introduce como un tema cotidiano. Cambia su significado tradicional reflejándola como un proceso tan natural como la vida. Rulfo da voz a los muertos y los funde con los vivos hasta el punto que a lo largo de la historia se duda de la existencia de los personajes. La muerte no es una barrera que separe a vivos y muertos. Los personajes –tanto vivos como muertos– ven la muerte como una etapa más de la vida o la no vida: una transición.
Es un libro para leer de nuevo. Cada nueva lectura nos descubre una parte del universo de Rulfo que había quedado atrapada en sus palabras.