Dos de nuestros colaboradores, María y Victor, tuvieron la oportunidad de ver esta película y hemos querido juntar sus dos opiniones y así, ofreceros dos visiones diferentes.
Lou Bloom (Jake Gyllenhaal) es un ratero de poca monta que malvive vendiendo al peso tapas de alcantarilla y chatarra de propiedades ajenas. Camina encorvado, siempre envuelto en ropa un par de tallas más grande, como heredada de un hermano mayor. Parece incapaz de correr 100 metros sin vomitar el desayuno. Puede parecer inofensivo, pero aunque es muy escurridizo no teme el enfrentamiento directo si es necesario.
En las distancias cortas es un tipo incomodo. Mirada fija y penetrante. Rostro fatigado y caído en desgracia. Examina a su interlocutor con unos enormes ojos inyectados en sangre sin apenas parpadear. Sus palabras son amables y correctas, pero reprimen la impertinencia de un vendedor ambulante. A veces te hace desconfiar durante medio segundo. Asusta.
Lou Bloom quiere prosperar. Quiere un trabajo. La sociedad bicéfala lo acepta y lo necesita como ladrón, pero no como asalariado. Acepta su chatarra robada, pero no está dispuesta a mezclarse con gente como él. Una barrera de hipocresía lo mantiene alejado del sueño americano. Mantiene la calma y busca alternativas.
La noche perpetua en la que vive lo empuja a descubrir a otros individuos de su calaña. Buitres. Los “Nightcrawlers” son reporteros freelance que con sus imágenes sensacionalistas nutren de carnaza las entradillas de los noticiarios más amarillistas. Cruzan la ciudad a toda velocidad con la esperanza de llegar a escena antes que la policía y poder grabar con total libertad el dolor ajeno. Lou Bloom tiene una idea. Consigue una vieja cámara de vídeo y una radio para interceptar avisos de la policía. Ahora quiere robar violencia y muerte. Asesinatos, atracos, atropellos, accidentes.
Lou Bloom es un obseso del trabajo bien hecho así que los errores de principiante no consiguen desanimarle. Es muy inteligente, un tiburón que aprende rapido, un psicópata sin escrúpulos, un enfermo insensible, un detallista compulsivo, un charlatán peligroso… Ni siquiera la figura de su Sancho Panza particular consigue que eche el freno antes de cruzar la linea. Cámara en mano perseguirá su sueño sin preocuparse de a quien pasa por encima. Cuanto más inhumano, frio y ambicioso se vuelve más integrado parece estar en los despachos del canal de televisión y más difusos los conceptos de legalidad y moralidad.
Lou Bloom se cuela como quien no quiere la cosa en el Olimpo de los antihéroes más míticos del cine, donde por reinan Tony Montana, Travis Bickle, Jordan Belfort o el estoico conductor interpretado por Ryan Gosling, entre otros. De todos ellos es quizá el improvisado reportero de Jake Gyllenhaal el que menos empatía produce en el espectador. Asusta. Es un personaje del que disfrutas cada segundo que aparece en pantalla, cada frase y cada mirada, pero su frialdad resulta tan desagradable que a veces dudas de si realmente quieres que salga victorioso en su empresa. Incomoda hasta su risa.
El humor negro es la vaselina que el director y guionista Dan Gilroy utiliza para que la historia sea más llevadera. No será extraño que consiga arrancarte una carcajada pero lo más seguro es que se te atragante acto seguido. Nightcrawler es una sátira exagerada -o no- del sensacionalismo informativo que parece empeñado en curtir a toda una generación. La película escalona perfectamente la espiral de locura gracias a una progresión argumental lo suficientemente suave como para descubrir finalmente que el viaje te ha llevado a un terreno inesperado, pero con la contundencia justa de quien sabe en que momento pisar el acelerador.
Dan Gilroy era conocido hasta ahora por su labor como guionista (The Bourne Legacy, por ejemplo) y debuta tras la cámara con un pulso espectacular. Es extraño encontrarte con una opera prima tan libre de artificios, giros de guión inesperados y esa ansia primeriza por forzar una trama buscando impresionar. Nightcrawler es una historia sencilla y lineal que focaliza toda su atención en su protagonista absoluto. Dan Gilroy intenta mantenerse en todo momento en las tierras del realismo, gracias tanto a una fotografía algo sucia y cotidiana como a una forma de mover y colocar la cámara que te hace ser participe de la escena, a veces como simple espectador y a veces soltándote en mitad de todo el caos.
La banda sonora a cargo de James Newton Howard impregna la pantalla de una fantasía urbana que me ha recordado a esas calles casi mágicas de películas como Collateral (Michael Mann -2004) o Drive (Nicolas Winding Refn -2011). Ya desde las primeras imágenes nocturnas de Los Angeles con las que abre la película descubrimos una ciudad bella y mundana a partes iguales, haciendo especial lo que también podría ser cotidiano.
La música también va íntimamente ligada al protagonista, y resulta particularmente efectista en aquellos momentos en los que Lou Bloom, cámara en mano, busca el plano perfecto.
Jake Gyllenhaal (Donnie Darko, Zodiac, Source Code) se convierte, gracias a Nightcrawler, en aquello que ya hacía tiempo que se veía venir, un actor muy a tener en cuenta a partir de ahora. Su manera de relacionarse a través de la piel de Lou Bloom es brillante. Es distante y extraña, casi interpreta a un marciano infiltrado que no acaba de comprender las convenciones sociales del planeta al que pretende algún día colonizar. La agresividad que su impasible rostro oculta escapa en ráfagas muy controladas -en la mayoría de ocasiones- potenciando aún más la sensación de que nos encontramos ante un individuo peligroso del que mantenernos alejados.
El resto del reparto mantiene el nivel esperado, especialmente Rene Russo (Lethal Weapon 3, Ransom, The Thomas Crown Affair) en el papel de Nina Romina, una hiena ambiciosa que verá peligrar su puesto en una cadena de televisión local debido a la baja audiencia de sus informativos. Las escenas que comparten Gyllenhaal y Russo son pura delicia, un constante tira y afloja en el que nunca sabes quien saldrá ganador. Bill Paxton (Titanic, Twister, True Lies) y Riz Ahmed (Four Lions) completan un reparto de contrastes donde la mayoría interaccionará de manera extrema con el personaje de Gyllenhaal.
A falta de que el paso del tiempo coloque a Nightcrawler en una posición con más perspectiva puedo decir sin ninguna duda que es una de las películas que más me ha hecho disfrutar últimamente. Encuentro incomprensible la solitaria nominación a los Oscars por el guión cuando el resto de apartados ralla a un nivel espectacular, pero así es Hollywood y así es la academia. Si el ritmo, el estilo, el humor y la violencia que propone es acorde con tus gustos cinéfilos Nightcrawler pasará a formar parte de tu top 5 de mejores películas en cuanto aparezcan los créditos finales en pantalla.
10/10
-Si tenéis la oportunidad vedla en versión original, el doblaje apunta a regulero-
Nightcrawler, lo nuevo del director y guionista Dan Gilroy (El legado de Bourne, The Fall) y el actor Jake Gyllenhaal (Enemy, Brokeback Montain) se estrena en nuestro país el próximo 30 de enero y trae consigo una de las mejores interpretaciones del año (nominado a mejor actor en los Globos de Oro, Bafta, Independent Spirit Awards y en los Critic’s choice Movie Awards) así como una nominación a los Oscar por mejor guión original.
La película presenta a un joven sin empleo, Louis Bloom (Jake Gyllenhaal) que decide adentrarse como operador de cámara freelance en el escabroso mundo del periodismo sensacionalista, tras ser testigo de un accidente mortal. Como bien la define The Wall Street Journal, es “un debut cinematográfico impecable”. Muchos la defienden como “Un taxi Driver” de nuestro tiempo, destinada a convertirse en un clásico- The Hollywood Reporter. (Si Martin Scorsese leyera esto, se echaría a llorar).
Nightcrawler es una buena película, con un guión moderno y original para los tiempos que corren, que relata de una forma brillante y satírica el sensacionalismo periodístico que invade nuestras televisiones cada día. Mostrando accidentes macabros, incendios, robos o asesinatos. Una obra maestra de nuestro tiempo, muy emocionante y real como la vida misma y con claras opciones de convertiste en una joya del cine independiente. El espectador empatiza con el protagonista, de tal manera que llegas a quererle y a odiarle en menos de diez minutos. Una película retorcida con un planteamiento impecable.
8/10
Os dejamos con el tráiler oficial: