Narcos es una de las series del momento. Nos cuenta la historia de Pablo Escobar, uno de los narcotraficantes más famosos de la historia.
Para aquellos que no conozcan a este personaje, os lo cuento brevemente. Pablo Emilio Escobar Gaviria nació en Colombia y, antes de cumplir los treinta años, era el jefe y fundador del Cartel de Medellín. Causó, de forma indirecta, la muerte de miles de personas, tanto militares como civiles, y fue uno de los causantes de que la cocaína se esparciera por el mundo. A través de Narcos conoceremos al hombre de detrás del mito. Si leyendo estas líneas no os habéis interesando (aunque sea de forma mínima) por la vida de Escobar, echadle un ojo al análisis.
¿Buenos y malos?
La historia de Narcos está contada a través de la mirada de Steve Murphy. La serie hace uso de la voz en off de Murphy para contar ciertas cosas, junto con escenas dramatizadas y material de archivo de la época. Esto último es especialmente interesante porque hay momentos en los que se nos puede olvidar que la mayoría de cosas que estamos viendo ocurrieron en el pasado. Cuando vemos la imagen de Ronald Reagan retransmitida por televisión hablando sobre el peligro que suponen los comunistas, vuelves a recordar que no estás viendo cualquier serie, y que no están contando cualquier historia. La narrativa es sencillamente perfecta: son capaces de abarcar muchos sucesos en poco tiempo, y dedicarle un episodio a una sola ocurrencia. De cualquier modo, en ningún momento aburre al espectador.
El hecho de que Steve Murphy, un agente de la DEA, sea el narrador no es casualidad. Esto permite mostrar dos mundos muy distintos. Por un lado, tenemos a los narcotraficantes, creando un imperio cada vez mayor y alargando sus tentáculos hasta los Estados Unidos. Por otro lado, está la DEA y el Gobierno colombiano, esforzándose por acabar con el crimen organizado. Todo esto nos permite conocer una interesante realidad: no todos los policías son buenos, y no todos los narcos son malvados monstruos.
Cuando la realidad supera a la ficción
El primer capítulo la serie Narcos se ubica a finales de los setenta (más o menos). Normalmente, cuando la historia de una película o serie ocurre en esa época, todo tiene un aire nostálgico. Como si todo lo pasado fuese mejor. En este caso, no es así. Quieren que el espectador vea el poder que llegó a tener un negocio ilegal, lo corrompida que estaba la policía, el miedo que el mundo occidental sentía hacia los comunistas, las grandes campañas contra las drogas que se llevaron a cabo, la inestabilidad y el miedo que sucumbían a Colombia.
Pablo Escobar tiene una historia increíble, y Wagner Moura ha sabido representar a este personaje de una manera espectacular. Escobar es un hombre impulsivo, que actúa sin pensar las cosas dos veces. Es complicado y se contradice. Se preocupa por la pobreza que sufre su querida Colombia, les da comida y hogar a los más necesitados, y consigue que le conozcan como el “Robin Hood paisa”. Es un hombre que haría cualquier cosa por su familia, y cuya motivación es conseguir un lugar en la política. Su otra faceta es la de una persona que engaña a su mujer, y asesina a sangre fría. Como él mismo dice, “es un pobre con dinero”.
Un relato ágil
La historia de Narcos es una mezcla perfecta entre un guión inteligente y una acción que llegará a incomodar a muchos. Y, por supuesto, la serie cuenta con un reparto increíble. Desde Pedro Pascal (que muchos conoceréis por haber interpretado a Oberyn Martell en Juego de Tronos), hasta Boyd Holbrook (que personalmente no conocía, pero ha conseguido enamorarme). Es un relato violento y la tensión es continua. Los subordinados de Escobar son fieles a su “patrón”, porque sabes que cualquier duda supone la muerte instantánea. El humor tendrá su pequeño espacio también. Por ejemplo, en un momento de la historia los narcotraficantes estarán ganando tanto dinero que van a tener que guardarlo en agujeros en el campo. Incluso llegaron a guardar un millón de dólares en el sofá de la madre de Escobar. Casi nada. En definitiva, es una historia ágil, que puede llegar a ser desagradable.
Toque hollywoodiense
La base de la historia que cuenta Narcos es totalmente cierta, pero hay pequeños aspectos que están dramatizados. De todas formas, los personajes no son los típicos clichés. Menos mal. Son personajes complejos, llenos de matices, muy humanos. Es fácil empatizar con ellos (aunque se trate de criminales, ¿vale?). Nos da a conocer una perspectiva completamente distinta, una ideología y cultura diferentes. Un lugar donde la violencia, la corrupción y el narcotráfico eran parte del día a día. Te echan el número de personas asesinadas a la cara, como un cubo de agua fría.
Por ahora Narcos solo cuenta con una temporada de diez capítulos, aunque la segunda temporada ya está confirmada sin fecha de estreno exacta. Aquí os dejo el tráiler. Disfrutad.