Nunca es tarde para hablar de Nao de Brown, la novela gráfica del autor británico Glyn Dillon que fue publicada en el 2013 en España, y que es considerada una de las mejores de los últimos tiempos…y diciendo eso creo que se quedan cortos.
Nao de Brown trata sobre una chica, Nao, que sufre un trastorno obsesivo compulsivo; imagina violentas escenas de homicidio con las personas que le rodean cada día. Nao intenta luchar para controlar esta autodestructiva obsesión, que llena su vida de grandes miedos sociales, pues no quiere estar rodeada de niños o de gente que la saca de quicio, porque no sabe si podrá llegar a controlarse o su imaginación se hará realidad.
Por eso, Nao decide trabajar en una pequeña tienda de juguetes de un antiguo amigo, y hay días en los que progresa…y otros en los que recae. Y es crudamente cierto, que cuando quieres superar algo malo tienes que ponerte al límite de tu capacidad cada día. Es tan cierto que la novela es hasta dolorosa.En su intento de controlar su propia vida, Nao conoce a alguien por el que querrá superar situaciones límite a las que se tendrá que enfrentar. En general es una historia muy delicada, llena de vivencias que no dejan a nadie igual. Es preciosa y a la vez devastadora, con unos dibujos que querría colgar en mis paredes para verlos continuamente.
Nao de Brown, pues, muestra la trepidante aventura de enfrentarse a uno mismo, y superarse, a través de una heroína o antiheroína, como quiera llamarse, con la que os enamoraréis. Por ser todo lo que es, la novela gráfica ha ganado el premio especial del jurado en Angoulême, el premio al mejor libro en los British Comics Awards, y el premio a Mejor Obra de Autor Extranjero en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Pero en el libro no sólo encontrareis la historia de Nao. Entre ciertas páginas se encuentra otra micro-novela totalmente diferente, pero que a la vez es también una metáfora de lo que nuestra protagonista está pasando. Se trata de la historia de Píctor, un niño-castaña que tiene que conseguir volver a su casa con esposa, para así poder salvar a su familia. Es una locura, y esta segunda historia se trata de un homenaje a Moebius y Miyazaki, y tiene un estilo totalmente diferente a la historia principal. Quizás la historia de Píctor está más “perfilada”, los trazos más exactos, pero la historia de Nao es perfecta tal como es, con su estilo de esbozo a veces. Porque la protagonista es también imperfecta y emborronada.
Cuando leí Nao de Brown me dije a mí misma, esta podría ser mi historia. Yo también tengo miedos y obsesiones, e intento superarlos, a veces con poco éxito. Y mira que el autor lo dice en el prólogo de la novela: “La mente inquieta te hará pensar que eres tú, que tú eres ella. No lo eres”.
Sólo una historia tan bien contada y tan cariñosamente ilustrada podía provocar semejante sensación. Nao de Brown es capaz de eso y mucho más.