Parece que fue ayer cuando hablábamos del inicio de la sexta temporada de True Blood, y hace ya unos días que le hemos dicho adiós hasta el año que viene. El fin de la saga vampírica siempre nos avisa del final del verano, pero no nos pongamos catastrofistas, que esta última temporada ha sido un regalo divino.
En nuestro otro artículo sobre la serie, acordamos que la quinta temporada fue floja, y que el primer capítulo y el casting de ésta última apuntaban maneras. Pues bien, no nos ha decepcionado; ha sabido combinar comedia y drama, y ha recuperado personajes que, al menos para mí, estaban perdiendo ya todo el interés.
¡ALERTA SPOILER!
Con una trama mucho más elaborada e interesante es como nos han ganado esta vez;
El gobernador de Louisiana (Arliss Howard) avivando el fuego del odio hacia los vampiros y construyendo un campo de aislamiento para el estudio y tortura de éstos se ha ganado el galardón al mejor villano de todas las temporadas…o el segundo, después de Russell Edgington (Denis O’Hare). Y obviamente Warlow (Robert Kazinsky), que resultó ser quien no parecía ser, intentando hacer de Sookie (Anna Paquin) su esposa y forzándola a convertirse en vampiro…a todos nos dejó el ay en el cuerpo. Y el retorno de la escandalosa e hipócrita Sarah Newlin (Anna Camp) como la loca más mala de todas me ha encantado. Warlow ha sido interesante porque no ha sido el típico malo que sólo tiene una cara; ha conseguido engañarnos y jugar con nosotros igual que lo ha hecho con Sookie. Por primera vez los vampiros se ven seriamente amenazados por la humanidad, y Sookie se enfrenta al mayor fantasma de su pasado. Buena jugada.
Otra cosa que esperábamos que sucediera era que el personaje de Bill (Stephen Moyer) recuperase interés, ya que en las últimas temporadas había sido más bien odioso. Ahora, después de beber la sangre de Lilith (Jessica Clark), se ha vuelto más humano aún siendo el Dios de los vampiros. Se le ha visto flaquear e intentar salvar a su especie, y le ha costado, y por eso ahora le queremos más. No ha sido el Bill frío, calculador y sin ningún apego a nadie de las últimas temporadas. También se ha dado más protagonismo a Andy Bellefleur (Chris Bauer), que ha dado mucho juego con sus cuatro hijas hadas y todo lo que eso ha conllevado. El personaje secundario de Holly (Lauren Bowles) ha estado más presente, o eso me ha parecido a mí, y Arlene (Carrie Preston), como siempre, se ha llevado la parte trágica. La muerte del entrañable Terry (Todd Lowe) nos ha cogido a todos sorprendidos. Sabíamos que no podía olvidar lo vivido en la guerra, pero ya había superado la maldición de aquella bruja y mató a su compañero para sobrevivir. Todos pensamos que podría vivir con ese peso, igual que otros personajes de la serie, pero no. Su muerte ha sido lo trágico de esta temporada, junto con el asesinato de las hijas de Andy que, aún sin conocerlas, nos dejó sin aliento. No obstante, creo hemos tenido muertes peores en temporadas pasadas, sólo que Terry siempre ha estado en el Merlotte’s…
Jason (Ryan Kwanted), por otra arte, apuntaba malas maneras, volviendo a su odio necio hacia los vampiros, pero se ha reconducido muy bien. Ya no es un niñato, es inocente pero ha vivido cosas y ahora, en vez de verlo todo blanco o negro, lo ve del color gris típico de la madurez. Jessica (Deborah Ann Woll), como siempre ha sido genial. Genial cuando no puede evitar devorar a las hijas de Andy y cuando le confiesa sus miedos al nuevo vampiro James (Luke Grimes), que parece que seguirá presente en la próxima temporada, igual que Violet (Karolina Wydra) la vampira que se ha “apoderado” de Jason. Los que no se han amortizado nada han sido Lafayette (Nelsan Ellis), Pam (Kristin Bauer) y Tara (Rutina Wesley). Pam aún, y Lafayette ha aparecido en varios capítulos pero no ha protagonizado ninguna trama interesante, pero Tara…sus apariciones en total deben sumar 10 minutos.
La trama Sam (Sam Trammell) y Alcide (Joe Manganiello) persiguiéndose todo el rato ha sido un poco cansina, y la nueva novia de Sam, Nicole (Jaumee Smollett-Bell), también. Supongo que ha sido porque han separado demasiado la trama de hombres lobo y cambiaformas de la de los vampiros, y por ese motivo ha perdido casi todo su encanto. Cuando los hombres lobo estaban de parte del vampiro Russell tenía mucho más sentido la cosa.
Y un último apunte. ¿ERIC? ¿Ha muerto? ¿Cómo es eso? En los últimos minutos del capítulo final, parecía que Eric Northman (Alexander Skarsgard) ardía en llamas y, por lo tanto, moría. No me lo quiero creer, y hasta que no lo digan clarito en la séptima temporada, seguiré negándolo. Sinceramente, teniendo en cuenta que no se vio su muerte en sí, dudo que hayan decidido eliminar a este personaje de la serie. Es uno de los puntos fuertes. Por varios motivos. Ya sabemos cuales. Codo guiño.
Y ya los últimos diez minutos de la serie nos han dejado la miel en los labios. Consisten en un flashforward, situando la acción unos seis meses después. En ese tiempo, Sam parece haberse convertido en el gobernador de Louisiana y propone que cada humano alimente a un vampiro, y éste le devuelva el favor protegiéndole, porque ahora, no os lo pierdas, hay vampiros infectados por las Tru Blood que el antiguo gobernador (el malo) contaminó con un virus mortal. Es la versión zombie de los vampiros. No creáis que no me gusta. Los zombies están de moda, igual que lo estuvieron los hombres lobo, y esta es una buena manera de introducirlos. Me da buenas vibraciones. Lo que no me cuadra es que la propuesta de relación humano-vampiro venga de Sam. ¿Desde cuando piensa de ese modo? Y también ha cambiado una cosa, Sookie está con Alcide. Ahora sí. Esa relación que había quedado colgando hace un par de temporadas ha culminado. Pero ahora que Bill es más interesante y parece que se acuerda de cómo le hacía sentir Sookie…¿elige a Alcide? Poco futuro le veo. No es lo suficientemente autodestructivo para atraer a Sookie mucho tiempo. A la pobre le gusta sufrir.
Con lo cual con este final me he quedado con una sensación con la que no me quedé el verano pasado; quiero más. Espero que la muerte de Eric no sea más que un susto, como pasó con Tara. Espero que Tara aparezca más en la nueva temporada, y que Bill vuelva a desear a Sookie y viceversa. Espero que los zombies vampiros merezcan la pena y que lo de la relación beneficiosa de humanos y vampiros sea divertida. Y voy a parar de pensar en cómo va a ser la séptima temporada porque aún queda un año y no sé cómo podré sobrellevarlo.