Sólo hay una feria que puede superar a la concentración anual de Harley Davidson en Barcelona: El Salón Internacional del Tatuaje. Este evento, que celebró este año su 15 edición, reúne a riders, dibujantes, grafiteros, y, como no, artistas del arte corporal. Para todos los gustos y colores. Algunos pensarán que no fue un acto muy concurrido, pero ya os digo que no pude conseguir ni una sola acreditación para entrar y además tuve que hacer una cola de una media hora.
Acompañado por una pareja de amigos míos, entré en el recinto de La Farga, en Hospitalet, después de haber pagado una entrada de 15€. Nada más entrar nos entregaron una bolsa del salón con dos revistas del gremio del tatuaje y un folleto informativo. Normalmente los magazines del sector del tatuaje suelen costar unos 5€ aproximadamente, así que recibimos este primer obsequio con una sonrisa en la cara.
No sé si muchos de vosotros habéis ido alguna vez al recinto de La Farga. Es bastante grande, como el terreno de un campo de futbol, y donde se celebran eventos de todo tipo, como el Salón del Manga o el Salón Erótico. Pues bien, al tratarse de tatuajes habían distribuido el espació en unas pequeñas cabinas, como mucho 4 por estudio, donde los artistas del arte corporal hacían sus tatuajes a los visitantes más atrevidos.
Se trataba de un evento internacional, así que la variedad era increíble. No solo en el estilo del tatuaje sino en la técnica para tatuar. Había estudios procedentes de toda España y de otros países como Alemania, Rusia, Italia, Estados Unidos, México, Haití, Chile y muchos más. Calaveras, dragones, animales, famosos, con trazados rectos, curvos, en color y en blanco y negro. Todo aquel que no tenía decidido qué quería tatuarse, lo encontró en este salón.
Una de mis amigas se animó en el último momento y encontró un estudio que le hizo un buen precio por tatuarse una calavera con una flor. Lo hicieron tan bien que a mi amigo y a mi nos dio mucha envidia. Al final los chicos nos fuimos sin tatuaje, pero disfrutamos mucho de todo el salón. Como ya os he dicho no solo había tatuajes. Pudimos ver una pequeña muestra de motos customizadas, una de ellas inspirada en la obra de Tàpies, y también vimos un par de coches clásicos. Fue un meeting point para muchos riders y me alegró ver por fin un stand de los míticos Ángeles del Infierno, donde vendían camisetas, chapas….
También se celebró una competición de break dance que reunió un gran número de grupos. Siempre es todo un espectáculo ver a dos equipos cuando se pelean bailando por el título.
Con tanto artista reunido, no podían faltar paradas de venta de productos como camisetas, cuadros, chaquetas… con los diseños de los tatuajes. El arte del tatuaje no solo se puede plasmar en la piel. Hay muchas personas que aprecian el arte del tatuaje pero que no se atreven a hacerse uno. Gracias a estos productos tienen una oportunidad para formar parte de este colectivo.
No faltó de nada y fue un día realmente divertido. Pero por encima de todo, si pudimos disfrutar de algo fue del ambiente que allí se respiraba y de las personas que acudieron. Había familias con niños que al salir ya tenían ganas de tener los 18 años para hacerse un tatuaje. Había maestros del tatuaje reconocidos por sus compañeros a los que respetaban y admiraban. Jóvenes y adultos, algunos con un solo tatuaje y otros con todo el cuerpo tatuado. Pude ver a un hombre, que a parte de llevar todo el cuerpo tatuado, tenía algo metido debajo de la piel. Una especie de balas que parecían dos cuernos (foto). Nunca había visto nada parecido en primera persona.
A mi me entraron muchas ganas de hacerme un tatuaje, pero siempre está el factor económico que me hace la vida imposible. Sé que me haré uno en el brazo, pero quiero pensármelo bien. Dicen que es para toda la vida ; )
¿Fuisteis al salón? ¿Os hicisteis algún tatuaje? Decidme cómo fue vuestra experiencia.
*Tengo muchas imágenes del Salón del Tatuaje pero no las he podido poner todas en este post. En breve las tendréis todas.
; )