Hoy os traigo una novela gráfica, cuento ilustrado infantil (y no tan infantil) o lo que vosotros queráis llamar a esta historia que os va a hacer derretir el corazón.
‘Jane, el zorro y yo’ es un cuento escrito por Fanny Britt, una escritora y traductora de Quebec que ha realizado muchos trabajos en el campo de la literatura infantil, aunque esta es la primera novela gráfica que ella escribe. Y está ilustrado por Isabelle Arsenault, una ilustradora también de Quebec que ha ganado innumerables premios por sus obras, y por esta en concreto el de “mejor ilustración de cuento infantil”, por The New York Times, entre otros. Partiendo de esta base, solo podemos esperar lo mejor.
En la novela grafica, nuestra protagonista es también el narrador en primera persona; Hélène, una niña que sufre el acoso escolar de sus compañeros de clase. En la historia, mientras Hélène lidia con su realidad también se abstrae en el mundo del libro que está leyendo; ‘Jane Eyre’. De este modo, en la novela gráfica hay dos líneas narrativas; la de Hélène, ilustrada en colores grises y con un estilo desenfadado e incluso que tira para el garabato con líneas, trazos y manchas; y otra historia que corresponde a lo que Hélène está leyendo en ‘Jane Eyre’, que está ilustrado usando los colores (de una manera también muy narrativa) con unas formas más cuidadas, redondeadas y un estilo más particular.
El tratamiento del bullying en el libro
Hablar de estos temas suele ser muy difícil, pues pronto se frivoliza, se regocija en el drama y se acaba tratando esta cruda situación con ligereza. Esto no pasa en ‘Jane, el zorro y yo’; la historia se centra en explicar cómo Hélène está viviendo su realidad y cómo se refugia en su caparazón, cómo se cierra en ella misma. Es un fiel retrato que no intenta hacer nada más que hacernos testigos del día a día de nuestra protagonista, y de cómo evoluciona en esta etapa de su vida.
En este libro creo que ha sido crucial la comunicación entre escritora e ilustradora (y además de crucial, ha sido muy buena), pues cada página tiene magia y protagonismo dentro del libro, gracias a la suma de los dos componentes. Los dibujos no son una representación de lo que leemos; ilustraciones y texto se complementan para dar detalles muy diferentes que enriquecen esta historia.
El poder narrativo de las ilustraciones
Las ilustraciones son para mi de lo mejor. El estilo desenfadado de la primera línea narrativa es perfecto para el tipo de historia que se está contando, lo poco definida que está la protagonista y el momento por el que está pasando. Los trazos y líneas gordas e irregulares contrastan con el gran manejo que Isabelle Arsenault tiene a la hora de narrar, dar credibilidad a la escena y, en general, de hacer una buena composición.
La segunda línea narrativa, es decir la narración de las escenas de ‘Jane Eyre’, es mi favorita. Es muy parecida a la primera, obviamente porque el estilo de la ilustradora está en ambas, pero hay algo más que me seduce de esta parte de la novela gráfica. Quizás sea la redondez, la simplicidad de las líneas y la ausencia de sombras, o la languidez de las figuras y lo estáticas que parecen éstas (hecho a propósito, pues no es la realidad, es una historia que está en la mente de la protagonista mientras la lee).
Definitivamente es un libro que os recomendamos muchísimo, tanto por las imágenes como por la historia. Eso sí, si aún no has leído ‘Jane Eyre’ de Charlotte Brontë y quieres hacerlo, te aconsejo leerte ese libro antes de gozar de esta novela gráfica, pues el final de ‘Jane Eyre’ es desvelado en este cuento.