Todo el mundo habla de House of Cards. ¡Tiene enganchado hasta a Barack Obama! Hace a penas dos días que se estrenó la segunda temporada de la serie, y en Silence nos urge hablar de ella y recomendárosla.
Si tengo que describirla en una frase, diría que se trata de un thriller político estadounidense sobre un congresista despiadadamente cegado por el poder y una periodista novata sin escrúpulos y con talento. Pero me quedaría corta, pues House of Cards es mucho más que eso.
El miembro del congreso Frank Underwood (Kevin Spacey) tiene un claro objetivo; el poder. Para conseguir subir por esos los escalafones políticos piensa estratégicamente cada paso, y no duda en utilizar a todos los que le rodean para sus fines específicos. Aquí es donde entra Zoe (Kate Mara), una joven reportera de The Washington Herald que lleva toda la vida buscando una buena historia.
Underwood se convierte en su fuente de información, entrando ella también en el engranaje del meticuloso plan del congresista. Establecen un pacto profesional y algo más. Pero por otro lado también tenemos el atractivo de Claire Underwood (Robin Wright), la mujer de Frank, directora de una ONG.
El matrimonio Underwood es perfecto, pues ambos saben que lo que más les preocupa en la vida es su éxito personal. Se ayudan y se ponen trabas, y más que dos personas que comparten su vida, son dos estrategas que comparten los mismos intereses.
Y cuando veo esta serie no puedo evitar pensar en el gran film Todos los hombres del presidente, y de su garganta profunda. No sólo es la política lo que da sabor a la serie, también lo son las alianzas, los giros inesperados y las ganas de saber cómo se resuelve cada situación.
Y, sobre todo, las traiciones. Desde el primer capítulo, cada vez que Kevin Spacey está sólo en pantalla, espero uno de sus comentarios a cámara sobre lo que está ocurriendo. House of Cards tiene cosas únicas, pero…¡Adivina! es la adaptación de una mini-serie británica de la BBC del año 1990, llamada también House of Cards. Ejercicio recomendable e interesante; ver cómo ha cambiado la política y sus mecanismos desde los noventa hasta ahora.
House of Cards supone un punto de vista casi íntimo de lo que es la política, donde el discurso de Maquiavelo sobre el perfecto político se queda vacío, ya que es precisamente la parte no pública de éstos, la que se nos enseña extensamente. Los entresijos y toda la porquería que se tiene que esconder, sólo para ganar unos votos, subir algunos escalones de la escalera que te lleva al poder social absoluto.
¡ALERTA SPOILER!
La primera temporada ha sido más bien un tema de relaciones con intereses, siguiendo en cada momento los pasos de Underwood y preguntándonos qué sería lo próximo. Ahora es más bien una carrera a contrarreloj, donde dos bandos se pisan los talones intentando anticiparse a los pasos del otro.
El poder se apodera más que nunca de la gente, y la verdad se convierte en la peor arma de doble filo.
En la primera temporada estábamos en el mismo banquillo de Zoe, esperando que Underwood nos deslumbrara con cada paso y decisión que daba. Ahora los espectadores sabemos toda la verdad y sufrimos por si la destaparán, o si la taparán aún más.
En esta nueva temporada, Frank no puede ser más despiadado, y Claire poco a poco le sigue los pasos, y no dudará, como ya pasó en la primera entrega, en traicionarlo si es necesario. Aquí se trata de no dejarse pisotear. Y aunque los odiamos y sabemos que son malas personas (sobretodo Underwood)…queremos que triunfen. Yo misma tengo sentimientos muy ambiguos, y me encanta.
Es ahí donde residen los buenos personajes; en los sentimientos contradictorios que te despiertan. Y esto es lo que estaba escribiendo mientras veía el nuevo capítulo de la serie, el primero de la segunda temporada, cuando algo muy fuerte de repente ha sucedido.
¡GRANDÍSIMA ALERTA SPOILER!
Zoe. Underwood. Muerte. Asesinato. ¿Quién se esperaba este revés de los hechos? El poder y el miedo han podido con nuestro congresista, y lo han convertido en un monstruo. ¿Ahora qué pasará? ¿Lucas sustituirá a Zoe?
Realmente creo que él podría ser una pieza muy interesante para esta temporada, más incluso que Skorsky. Y además, Frank ahora es más peligroso, pues está construyendo un equipo conformado de gente como él, sin escrúpulos, con el valor suficiente de eliminar a cualquiera, si con eso se consigue un objetivo. Está desatado. No puedo aguantar, quiero ver más.