El pasado sábado 21 de junio estuve en Andorra. Es un país al que le tengo mucho cariño, ya que parte de mi familia procede de ahí. Y mi padrino, Àlex (al que le tengo aún más cariño) tiene un grupo de música. Bueno, ha estado en varios grupos de música, porque básicamente es su motivación y su hobby. Pero este último grupo en el que está, me gustó mucho. Era la primera vez que los oía de forma acústica, ya que en sus orígenes en el grupo participaba un batería. Pero este nuevo formato, a mi gusto, les encaja más.
La acústica con la que trabajan da mucho más valor a sus canciones, y sobre todo a la armónica y la voz del cantante. El grupo GUMBO participó el pasado sábado en la Fiesta de la Música de Andorra. Por todas las calles de la localidad, podías encontrar grupos de música tocando sus mejores canciones, o versiones de otras canciones también. Pero ellos, todo hay que decirlo… tenían muuuucha más gente, y que además, se quedó hasta el final. Todo mérito, ya que sus canciones no tienen porque ser de gusto popular. Sus versiones son del blues más americano que haya existido… Cuando los oía, me imaginaba en mi rancho, con el caballo que me esperaba, y como no, con un palito de trigo en la boca (y si ya incluyo el whisky, como que me flipo un poco no?). Bueeeno, no quiero caer en tópicos, simplemente era una forma sencilla de mostrar su credibilidad musical.
GUMBO está compuesto por 4 integrantes:
Anthony Guirod: guitarra, dobro, banjo, mandolina, veu.
Marc Casadevall: guitarra, dobro
Otilio Pinto: contrabaix
Àlex Bagaria: armónica, washboard.
Un detalle muy tierno fue que todos los niños pequeños que se encontraban con sus padres viendo la actuación, decidieron escuchar todas las canciones. Además, la mayoría se ponían a bailar con una gracia impresionante. Estos momentos de ternura y espontaneidad, sólo pueden ofrecernos los niños. Son los seres con menos vergüenza, naturalidad, y sobre todo, sinceridad, que existen. Y eso demuestra que son un grupo con potencial, y que si hubiera ojeadores, estarían ya en lo más alto. Ellos tocan música porque es su pasión. Deberían irse a EEUU, la tierra de las oportunidades (o casi todas). Con su estilo, ahí hay el génesis de todo, y la verdad, que tendrían un buen futuro. Por ahora conquistan a Andorra, y puntualmente Barcelona. Pero desde mi opinión inexperta pero que amo la música, los animaría a lanzarse al vacío.
Os dejo varias imágenes para que veáis como fue 🙂