7 películas. ¡7! Para acabar de esta manera. No digo que el final de la película Fast and Furious 7 sea malo. Todo lo contrario, ha sido muy emotivo y hasta casi me hacen llorar en el cine. Pero no voy a hablar más del homenaje a Paul Walker en este film, ya lo hicimos y aquí lo podéis leer todo. Lo que sí me gustaría es comentar la película en general y a ver si así consigo entender qué ha pasado.
La sexta entrega terminó dejándonos a todos con la mandíbula desencajada y con unas ganas brutales de ver una nueva película de la saga. Con estas expectativas iba yo al cine para ver carreras imposibles y peleas desmesuradas entre Vin Diesel, The Rock y al recién llegado Jason Statham. Lo hemos visto conduciendo a lo loco en la saga Transporter, lo hemos visto eliminar un ejército él solito en Los Mercenarios… Ya no podía imaginar lo que me podía encontrar en una película de Fast and Furious.
Comienza la película a lo grande. Introduciendo al nuevo malo como si fuera un dios de la guerra. Saliendo de un hospital, escenario de una batalla entre un ejército armado hasta los dientes con todoterrenos blindados y todo contra un solo hombre que parece estar más loco que El Joker. Todo esto mientras vemos los créditos del principio. Ya han conseguido captar mi atención y tener un 10 de nota solo por la intro. Pero poco después vemos algo que supera a la misma presentación de la película: una pelea alucinante a puñetazo limpio entre Hobbs (Dwayne Johnson) y Deckard Shaw (Jason Statham). La película ya tiene un 20 sobre 10 de nota. ¡Insisto en que todo esto ocurre en los primeros minutos! Han dejado el listón muy alto.
Lo que no he visto en la historia del cine es una película que pase de “alucinante” a “totalmente absurda” tan rápidamente. Quién creía que iba a tener un peso importante en la película aparece de vez en cuando para decir su frase o pegar 4 tiros y nada más. Estoy hablando de The Rock y Jason Statham. El primero con la excusa que ha peleado duro lo meten en el hospital a comer pudin y el segundo aparece como personaje totalmente secundario cuando los protagonistas tienen que dar un golpe importante con sus coche molones. Pero no tiene sentido. Se van a asaltar un convoy en una parte del planeta y de la nada sale Statham. Luego se van a una de las tres torres más altas de Abu Dabi, se abre el ascensor y pam, Statham con una metralleta.
La trama y el malo de verdad de la película son, con perdón, un chiste. La “excusa” que mueve a los personajes principales en esta película es recuperar un megaprograma alucinante que hackea todas las cámaras del planeta. Original, ¿verdad? Esta puesto en la trama de una forma muy forzada. Respecto a la persona a quien tienen que robarle el programa, se trata del actor Djimon Hounsou que ya es un habitual en las producciones de Hollywood. Pues interpreta al típico señor de la guerra con armamento de última generación pero que no resulta ser uno de los personajes más malos de la gran pantalla. Ni se le acerca.
Por suerte estaban mis queridos Ludacris y Tyrese Gibson que resultaron ser las verdaderas estrellas de la película con sus bromas y su divertida personalidad. La gente en el cine se notaba que lo estaba pasando bien cuando estaban ellos dos en escena.
Con todo esto no quiero que penséis que no soy un fan de la saga. Al contrario. Todas las películas anteriores, especialmente la quinta, me han resultado muy entretenidas. No entiendo lo que ha pasado en esta última. ¡Cómo han podido desaprovechar tanto a Jason Statham! Supongo que con todo lo que ha pasado durante el rodaje de esta última película… Con los primeros minutos y el homenaje a Paul Walker no tengo quejas ninguna. Pero buena parte de la película se ha cargado la fuerza del principio y del final.