Llevaba tiempo deseando esto, y al fin la magia de la Navidad nos lo ha traído. Un capítulo de Black Mirror, la miniserie británica que nos trae a todos de cabeza.
¿De qué va Black Mirror?
Black Mirror es uno de los productos televisivos de más talento del panorama actual, y su creador es el genio y periodista Charlie Brooker. Todos sus capítulos son independientes los unos de los otros, pero siempre tratan sobre los avances tecnológicos llevados a cabo por la humanidad y el uso nefasto que les podríamos llegar a dar en un hipotético futuro. Hipotético, pero no descabellado, pues son situaciones que realmente podrían darse dado el rumbo que tienen las nuevas tecnologías.
Si queréis saber más sobre esta serie, podéis leer nuestro artículo sobre las primeras dos temporadas AQUÍ.
¿Qué ocurre en White Christmas?
El especial de Navidad de Black Mirror se titula White Christmas y cuenta con las actuaciones de nuestros queridísimos John Hamm (Mad Men), Oona Chaplin (Juego de Tronos, Dates) y Natalia Tena (Juego de Tronos), entre otros.
Esta vez Black Mirror nos lleva a un futuro que bien podría ser la secuela de aquel capítulo de la primera temporada llamado The Entire History of You, en el que la gente llevaba un microchip en forma de lentilla, que les permitía grabar todas las imágenes vividas, rebobinarlas e incluso mostrarlas a los demás.
El software que se utiliza en este capítulo es mucho más sofisticado, y permite “bloquear” a la gente a la que no quieres ver ni escuchar, y a la vez éstos no pueden escucharte ni hablarte a ti. Esto es de lo que quiere hablar Charlie Brooker, es su leitmotiv, pero no es todo lo que nos ofrece.
White Christmas narra dos historias que son en realidad la misma, pues sucedieron en el mismo período de tiempo; pasado para ellos, futuro para nosotros.
¡ALERTA SPOILER!
Para empezar, el personaje interpretado por John Hamm es un tanto complicado. Su trabajo, y su hobby, consiste en meterse en la cabeza de los demás y, sobretodo, en los microchips (o cookies) que están hechos a imagen y semejanza de otras personas.
Y no puedo evitar acordarme de la peculiar y preciosa película Her, en la que las máquinas son algo más que máquinas, y los ciudadanos son aconsejados por voces a las que no ponen cara, y que están en sus cabezas y son sus ojos y oídos.
En este mundo, una de las posibilidades tecnológicas que aparece es la creación de un microchip (con el que nuestro protagonista trabaja) que una persona puede albergar en su cerebro para crear una inteligencia artificial a su imagen y semejanza, que luego será extraída y servirá para controlar la casa según los gustos y peculiaridades de la persona que ha llevado ese microchip.
Y por primera vez en la serie, se habla de la esclavización de las máquinas por parte de los humanos, y no al revés.
Pero la pregunta es ¿Es una máquina o una copia demasiado real del ser humano?
En el capítulo pasamos de una distopía a una utopía, y nos preguntamos en cual de estas dos estamos viviendo. Bueno amigos, vivimos en ambas. Eso es lo que el capítulo quiere que nos planteemos ¿Este futuro es utópico o distópico? Para Black Mirror es tremendamente apocalíptico, como siempre.
El White Christmas se presentó como un avance de una hora de la tercera temporada, que se estrenó en el año 2015 y tiene tres capítulos.
¿Habéis visto este especial de Navidad de Black Mirror? ¿Qué os ha parecido? ¡Déjanos un comentario!