A veces no todas las obras de teatro tienen que tener un hilo argumental. Una historia que ligue de inicio a fin, con un inicio, una trama argumental y un final (feliz o no). Una obra de teatro debe hacernos pensar, y llevarnos fuera de este mundo, y si puede ser, que nos ayude a ahondar en nuestros propios sentimientos, realidad y sociedad que nos rodea. Con “el Joc de Miralls” (el juego de espejos), en el Teatre Lliure de Barcelona, es lo que viviréis. Una historia donde conocerás como es cada personaje, que historia pasada le rodea y porque está en ese escenario.
“El Joc de Miralls” trata la historia de un grupo de teatro que se reúne cada semana en el Centro Cívico de un pueblo. Es un grupo dispar de gente, que se ha decidido apuntar a esa clase por motivos diferentes: una actriz amante del teatro (Aina Clotet), un chico introvertido que acaba de divorciarse (Eduard Farelo), una chica adolescente que tiene aspecto rebelde pero que sueña con interpretar un musical (Elena Tarrats), y la profesora (Isabel Rocatti) y su marido (Jordi Martinez), como los conductores de la clase.
La duración de la obra es de 1 hora y 50 minutos. En todo ese tiempo, vemos 7 semanas de clases. Cada escena, es una clase, donde los diferentes personajes se van encontrando, y como la relación entre ellos va creciendo poco a poco. La vergüenza cuando no conoces a nadie y debes presentarte, o esos momentos muertos de descanso en que estás tomándote un zumo o mirando el móvil, y puede que empieces a entablar conversación con alguno de los alumnos. Todas estas situaciones cotidianas, las vives en la obra de teatro, de forma muy cercana y natural. Tú mismo podrías estar en esa clase, porque esas mismas situaciones las hemos vivido todos.
En esta obra no hay una trama de intriga o algo que despunte, si no que es la simple convivencia y creación de lazos entre los personajes. Cada uno tiene un pasado, que le ha llevado a apuntarse a esa clase. Por ejemplo, gente que se encuentra sola y tiene ganas de conocer a otras personas. En una clase de teatro, puedes hacerlo. Y ese simple hecho, tan común en nuestra sociedad, lo reflejan de una forma muy bella, en “El Joc de Miralls”.
Destacar la presencia de una figura tan mediática como Aina Clotet, a la que no imaginaba que tuviera tanta soltura y naturalidad interpretando. Crea un personaje muy dulce y vulnerable, y a ese tipo de actriz, que busca cumplir su sueño, pero que no tiene la suficiente fortaleza como para luchar día tras día, en el mundo madrileño (donde se concentra todo el potencial a nivel de cine). También destacar a Eduard Farelo y a Elena Tarrats, personajes que a simple vista no parecen complicados, pero que los interpretan con una grandeza escénica, que nos dejan a todos pasmados.
Os recomiendo esta obra a aquellos que os guste disfrutar de los sentimientos y de como los seres humanos, somos en el fondo, simples seres indefensos en la búsqueda de la felicidad. El pasado nos marca a todos, aunque no seamos conscientes. En “Joc de Miralls”, podemos ver esa fluidez y belleza de sentimientos. No es para todos los públicos de risa fácil o de una trama a la Agatha Christie. Es para gente que sepa ver más de allà de una simple frase. Que sepa ver lo que esconde el pensamiento y intención de cada uno.