Por fin hemos podido ver la esperada segunda parte de El Hobbit. Después de ver la primera y 3 películas larguísimas del Señor de los Anillos, creo que ya he encontrado a mi personaje favorito de la tierra media. Sin duda el dragón Smaug ha calado muy hondo en todos los espectadores. Yo no soy de esos que se han leído el libro y no sé si este personaje sale muy al principio o al final, pero a mí me encantaría ver una película solo de este dragón tan alucinante y codicioso. ¿A vosotros no? Yo creo que si lo pedimos muchos acabarán cediendo : ) Ya sé que os lo he dicho en otros posts, pero os tengo que invitar a ver esta película en versión original. A mí me encantó escuchar la voz de Benedict Cumberbatch (Sherlock), uno de mis actores favoritos, en los labios de Smaug. Un puntazo.
Smaug se ha convertido en el personaje más popular de esta segunda entrega donde la compañía de enanos encabezados por Thorin finalmente llegan a La Montaña Solitaria para reclamar lo que es suyo: su tierra y sus tesoros. Como todos sabemos, El Hobbit es un libro estándar de unas 324 páginas y del cual se están haciendo 3 películas. La primera se me hizo un poco larga y con muchas escenas que no aportaban demasiado, de esas que las han puesto más que nada para llenar. Sinceramente iba al cine con un poco de miedo por si esta segunda entrega sería como la primera. A todos los que lo han pensado y no han visto esta segunda película les tengo que decir que ¡ES UN HERROR! La película que tenemos actualmente en cartelera tiene de todo. Desde el minuto 1 estás enganchado a la trama con la misma intensidad que en el último minuto. Tengo que decir que no me gusta mucho como han cortado esta película porque me han dejado con muchas ganas de ver la siguiente.
En esta segunda película nuestro querido Bilbo Bolsón no tiene tanto protagonismo como en la primera entrega. En esta ocasión descubrimos nuevos personajes que tienen casi la misma importancia que nuestro grupo de protagonistas. El personaje más destacado que hemos vuelto a ver disparando flechas a diestro y siniestro sin fallar una es el elfo Légolas. Pero lo hemos visto con una postura muy fría y con un instinto de caza muy superior a la del Señor de los Anillos. Además, en esta ocasión no estará solo, sino que tendrá una compañera de su propia raza con el mismo ímpetu de lucha pero con un poco más de corazón. La pecosa de Lost ha cambiado la isla por un arco y unas orejas puntiagudas para convertirse en una elfa guerrera de alto rango. Estos dos personajes tendrán bastante protagonismo a lo largo de la película y nos dejarán escenas muy buenas de acción con piruetas imposibles mientras matan a unos cuantos orcos.
Por otro lado, mientras unos personajes ganan protagonismo otro lo pierden. En esta segunda entrega es el caso de nuestro mago Gandalf el gris. Podríamos decir que tiene su momento apoteósico en la película, pero la cosa está en que solo tiene 1. Gandalf nos ofrecerá una escena donde veremos su magia en acción. Es un momentazo, pero después de verlo te quedas con ganas de ver más trucos de los suyos.
A diferencia de la primera, esta película sí os la recomendaría que la fueseis a ver al cine. Por si todavía hay alguno que se lo está pensando vaya. Saldréis del cine con la sensación de haber invertido bien el dinero. A pesar de que la industria del cine no esté en su mejor momento y entiendo que haya gente que vaya a ver muy pocas películas al cine a causa del precio de la entrada, El Hobbit: La Desolación de Smaug es una muy buena opción de la cartelera actual. Si ya la habéis visto qué les decís a las personas que todavía se lo están pensando ¡¿Vale la pena o no?!