Lucía Baskaran (Zarautz, 1988) acaba de sacar del horno ‘Cuerpos malditos’, su segunda novela. Con su libro debut, ‘Partir’ ya fue considerada una voz generacional (aunque a ella no le gusta demasiado esta palabra), y después de tres años de espera nos trae esta historia que, guardando el estilo de la primera, llega más al hueso.
¿De qué trata?
Tras la muerte de Martín en un accidente, Alicia no puede dejar de preguntarse cosas sobre el que fue su prometido.
«¿Viste tu vida pasar por delante de tus ojos antes de morir? ¿Era yo la protagonista de alguna de esas imágenes? ¿Cuál fue tu último pensamiento? ¿Llegaste a quererme alguna vez? ¿Para quién eran esas flores?».
La pérdida atormenta a Alicia, que solo tiene veintiocho, ya es viuda y hasta entonces se contentaba con ser la novia de Martín. En la búsqueda de una identidad que sea realmente suya se reencontrará con su mejor amiga, con el fantasma de una madre ausente y descubrirá algo nuevo que querer.
Alicia descubre que su infelicidad es anterior a la muerte y al luto, y la encuentra en su familia, en una adolescencia llena de tabúes y dificultades para entender lo que tenía entre las piernas.
¿Cómo describe su libro la autora?
Fuimos a la presentación de ‘Cuerpos malditos’ en Barcelona. Con el encanto de la pequeña Llibreria Calders, delante del muro desnudo de ladrillo, Paula Bonet presentaba este libro que aseguró haber devorado en un vuelo con un señor espatarrado en el asiento contiguo. La noche anterior ya se habían visto para comentar la jugada; Lucía trajo un queso de su tierra, Paula un Satisfyer. Que Paula Bonet estuviera allí sentada tampoco fue casualidad, tanto ella como la autora de ‘Cuerpos malditos’ hablan precisamente de eso, de cuerpos, de las mujeres, las relaciones entre ellas y de la sociedad que las afecta.
Lucía dice que este libro sale de una historia que le contó un amigo, que esta vez quería escribir sobre algo que le fuese ajeno porque no quería volver a parir su primer libro una y otra vez. ‘Partir’ fue el resultado de experiencias propias ficcionadas, y con ‘Cuerpos malditos’ quiso tocar temas que le estaban quemando en las manos desde hace tiempo.
‘Cuerpos malditos’ habla de la amistad entre mujeres, de la comunicación entre generaciones, de la competitividad insana que se quiere imponer como regla absoluta. Habla de la culpa que siente el que no muere, de la de las mujeres. La culpa autoimpuesta y la no autoimpuesta. Habla del cuerpo femenino y de cómo una niña crece exponiéndose a lo que los hombres puedan pensar de él. Habla de la familia tradicional como nido de violencia, del matrimonio como modelo de relación jerárquica, de cómo aprender a seguir el camino propio sin ser lo que los demás quieren que seas.
«Las mujeres no solo son monjas o putas», dice Lucía Baskaran, y con eso nos muestra que su libro es una revuelta.
Durante la presentación, alguien del público alzó la mano y preguntó «¿Un libro puede ser terapia?», a lo que Lucía contestó «Escribir ordena pero no cura, y la lectura sirve para sentirte menos solo». ‘Cuerpos malditos’ es una lectura obligatoria, y Lucía Baskaran una escritora feroz de lo implícito.