El pasado once de octubre se estrenó en España la nueva película de Sofia Coppola, The Bling Ring, protagonizada por Emma Watson, entre otros. No sé vosotros, pero yo la estaba esperando desde hacía mucho tiempo. Hablemos de ello.
The Bling Ring trata de un grupo de adolescentes de Los Ángeles que, cegados por el mundo de las celebridades y por el estilo de vida de los famosos de Hollywood, empiezan a robar en casas de actrices y modelos, acumulando así infinidad de ropa, zapatos, joyas y otros objetos.
Dejadme enseñaros el trailer de la película.
Desde el primer minuto del film, sabemos que los van a pillar. Incluso en el trailer nos lo dicen, por lo tanto la cosa no va de saber qué pasará. La verdadera intriga es ¿cambiarán los personajes? ¿En algún momento se darán cuenta de que lo que están haciendo está mal? Algunas críticas tiran por el suelo el trabajo de Coppola por hacer unos personajes planos. Yo no lo veo así.
Para mí Sofía Coppola siempre ha abordado un tema; la soledad. Y lo sigue haciendo, ya sea queriendo o sin querer. En Las vírgenes suicidas, Lost in Translation y Somewhere es obvio. En María Antonieta quizás es más sutil, pero está. Y en The Bling Ring también, si nos fijamos en el personaje de Marc, que es el que se quiere mostrar más íntegro; chico nuevo que por primera vez llama la atención de alguien, y da la casualidad de que ese alguien es la típica chica mala. Es una amistad vacía, pero él se siente bien por primera vez. Es la vieja historia de siempre.
Por lo demás, a mi parecer se juega con el vacío de espíritu. Esos niños fascinados por la imagen de esos ídolos que ellos y la sociedad les han creado, dando preferencia al “parecer” y no al “ser”. Creyéndose alguien por el hecho de tener a más de cien fanáticos aplaudiendo lo que hacen, atraídos (como dice el protagonista en una ocasión) por el efecto “Bonnie & Clyde” y la morbosidad. Por creer que son infinitos, inmortales e inmunes. Básicamente, por olvidarse de que la realidad es la que es, y está a la vuelta de la esquina.
Consideraría la película una crítica social por el hecho de que las acciones de los protagonistas son consecuencia de la sociedad un poco (o bastante, esto ya son temas existenciales) enferma en la que vivimos. Si se combina esto con la inmadurez, tenemos como resultado historias como esta.
¿Lo más gracioso? Coppola se inspiró en un artículo que leyó en Vanity Fair, y el film está basado en hechos reales. Y sí, los personajes son planos (o la mayoría), y es que, lamentablemente, la gente a veces no evoluciona, y el ser humano se tropieza siempre con la misma piedra. No aprendemos, y The Bling Ring trata en parte de eso. En una entrevista Sofía Coppola habla de lo interesante y bizarra que es la verdadera historia de los “ladrones de la fama“. Yo he encontrado un vídeo de la verdadera noticia.
Una de las cosas por las que la película ha estado muy aplaudida ha sido el reparto; no sólo Emma Watson ha estado espectacular, sino que muchos de los chicos que aparecen en el film no habían hecho antes ninguna película. Sabemos que a Coppola siempre se le da bien acercar los personajes jóvenes al público de una manera fascinante. Ahora, la mejor manera de comprobar esto es ver la película en versión original, pero eso ya va a gusto del consumidor.
¿Coppola sigue teniendo su toque? Y tanto. Ese filtro que nos gusta tanto, que nos regala una estética en la que estamos tan cómodos, nada recargada (excepto en las escenas de discoteca, pero el guión lo exigía). Esos momentos en los que crees que puedes entender el universo del protagonista y te preguntas qué harías tú en su lugar, cómo te sentirías. Sí es cierto, soy pro-Coppola hasta la muerte. Muchos dicen que es lo que es por su padre. La realidad es que su padre le ha dado el nombre que le ha permitido mostrar su talento, y no hay nada malo en eso. Porque cada una de sus películas explican algo real que merece la pena ser escuchado, y entran en la categoría de cine que te hace pensar ¿no es ese el mejor cine que hay? Te lo digo yo; sí que lo es.