Si todavía no sabéis qué es el Ku Klux Klan, os diré que es una organización de hombres blancos protestantes americanos que promueven la violencia contra personas de piel oscura, judíos y otras minorías. Con esta breve explicación, ¿me creeríais si os dijera que un afroamericano consiguió entrar en el clan y obtener un carné de miembro firmado por el mismísimo Gran Maestro? Pensaréis que os estoy mintiendo, pero es exactamente de esto de lo que trata Infiltrado en el KKKlan (BlacKkKlansman), la nueva película de Spike Lee.
Basada en una historia real
Ron Stallworth (interpretado por John David Washington, el hijo de Denzel Washington) fue el policía afroamericano que a principios de los setenta consiguió infiltrarse con éxito en el mismísimo Ku Klux Klan de una forma muy singular. Ron es el primer policía afroamericano de la localidad de Colorado Springs en una época marcada por la violencia, las protestas y abusos policiales (no tan diferente a la situación actual de los Estados Unidos en general). Un día ojeando el periódico encuentra un anuncio de reclutamiento del Ku Klux Klan y elabora la siguiente estrategia. Creará un contacto con la gente del clan por teléfono y pedirá a su compañero Flip Zimmerman (Adam Driver) que acuda a todas las citas en persona.
Tenemos que admitir que una vez más Spike Lee ha sabido enviar un mensaje claro y al mismo tiempo entretener al espectador tratando un tema serio con pequeñas dosis de humor. El reparto para esta película ha sido impecable y todos y cada uno de los personajes interpreta su papel a la perfección. En ocasiones te planteas qué se les debe pasar por la cabeza a los actores que les toca hacer escenas llenas de lenguaje racista y gestos con tanto odio que parecen imposibles de creer.
Dos episodios de la sangrienta historia americana
Hay una escena de la película que te pone especialmente los pelos de punta. Por un lado, vemos una secuencia donde el afroamericano Harry Belafonte (actor, músico y activista) narra la ejecución del joven Jesse Washington en la localidad de Waco en 1916. Fue acusado de asesinato de la mujer de su patrón y juzgado rápidamente por una masa enfurecida. Tras la sentencia, un grupo de personas lo arrastró fuera del tribunal y hubo un linchamiento justo delante del ayuntamiento. Miles de personas lo contemplaron, incluyendo policías y otros funcionarios, rodeados de un ambiente festivo con la presencia incluso de niños pequeños. Miembros de entre la multitud castraron al joven, le cortaron los dedos para finalmente colgarlo sobre una hoguera aun vivo. Algunas partes de su cuerpo se vendieron como souvenirs y algunas de las fotos que se tomaron ese día se vendieron como postales en Waco.
Por otro lado, vemos como un grupo del Ku Klux Klan celebran el bautizo de sus nuevos miembros viendo El nacimiento de la nación, una película estrenada en 1915 que adulaba la tarea del clan mostrándolos como patriotas que defendían el país de las actividades bárbaras de los afroamericanos. Te dan escalofríos ver como personas de una época no tan lejana desean ver muerta a una persona por el simple hecho de tener un color de piel diferente.
El final de la película da más miedo todavía, donde vemos imágenes de hace unos meses en estados unidos con la misma violencia que acabamos de ver en la película y con declaraciones del actual presidente de EE.UU, Donald Trump. Nos creemos una especie muy evolucionada, pero seguimos siendo muy primitivos en muchos aspectos. En ocasiones nos preguntamos qué pasaría si en lugar de discriminar por el aspecto físico, lo hiciéramos por el nivel intelectual y de razonamiento de las personas.
La lucha de Spike Lee contra el racismo
Debe de ser el director de cine que muestra la discriminación y abusos raciales en la gran pantalla. Spike Lee nos ha vuelto a dar una lección de historia y nos ha dado mucho en que pensar. Os dejamos esta entrevista (vale mucho la pena) que le hicieron en un programa de la televisión americana donde habla de la película Infiltrado en el KKKlan y de algunos temas raciales de nuestra sociedad.