Pasión, energía, marcha, ritmo, graves, agudos, instrumental, vocal y mil adjetivos más que podríamos utilizar para describir una noche llena de la mejor música del género más histórico y sensual: El Jazz. Es un estilo que va ganando cada vez más seguidores y gracias a esto, las nuevas generaciones se atreven a formar bandas con trompeta y saxofón. Para dar más protagonismo a este género y permitir a los amantes de la buena música pasar unos momentos de película, Estrella Damm ha organizado el Black Music Festival. Los que quieran disfrutar de la mejor música negra tendrán la oportunidad de asistir a una gran variedad de conciertos y a participar en una serie de actividades programadas desde hoy hasta el día 6 de abril en la provincia Girona.
Parte del equipo de Silence tuvo la oportunidad de asistir a la presentación del festival en la mítica antigua fábrica Estrella Damm. Disfrutamos como unos niños en un ambiente festivo, con grandes espacios y con una cervecita por cortesía de nuestra anfitriona. Aprovecho para recomendaros la visita a la fábrica. Una vez dentro del recinto, nos invitaron a hacernos una foto adecuada para la ocasión. ¡Aquí la tenéis!
No nos juzguéis demasiado : )
Llegamos puntuales y con muchas ganas de escuchar el mejor jazz. Tres grupos fueron los elegidos para presentar el Black Music Festival. Todos ellos con unos estilos muy diferentes. La banda Jizzy Free fue la encargada de arrancar con el espectáculo. Tenemos que admitir que nos sorprendió ver que los miembros del grupo eran muy jóvenes. Algunos incluso eran menores de edad seguro. No importaba. Salieron al escenario y ofrecieron un gran espectáculo a los presentes. Era una banda formada por un gran número de músicos: tenían trompeta, saxo, trombón, piano, guitarra eléctrica, bajo, batería y hasta tres vocalistas.
Como podéis ver, el resultado fue una mezcla equilibrada de sonidos donde cada instrumento tenía su momento de protagonismo. Nos alegró escuchar solos de guitarra, saxo, piano y batería. En este video podréis escuchar uno de los solos de guitarra.
La joven banda ofreció una serie de temas muy variados. Desde el jazz instrumental básico, pasando por un estilo americano a dos y tres voces con coros incluidos, hasta llegar a uno más latino. Después de tres cuartos de hora aproximadamente, el grupo se despidió entre aplausos agradeciendo a los presentes su asistencia y a Estrella Damm por organizar este evento y darles esta oportunidad.
El segundo grupo de la noche no se hizo esperar. Los miembros de Vermouth Time se subieron al escenario para ir poniendo a punto sus instrumentos. Esta banda era mucho más reducida pero más mayor que la anterior. En el escenario había un saxofonista, guitarrista, batería y un pianista, que era también vocalista. Su estilo era muy plano. Crearon el ambiente perfecto para un bar o restaurante. No estamos diciendo que no nos gustaran, solo que la música era muy instrumental y adecuada para una conversación. De hecho, los presentes se animaron y comenzaron a hablar entre ellos sin dirigir demasiado la vista al escenario. Por suerte a la segunda o tercera canción, predominó la voz del vocalista y pianista de Vermouth Time. Es más, fue comenzar a cantar y el resto del grupo se animó y se hizo escuchar. Aquí os dejamos un fragmento de uno de los temas más animados de la banda.
Cuando ya se comenzaron a despedir de sus espectadores ya habían pasado otros tres cuartos de hora. No nos decepcionó este grupo. Era muy diferente al anterior pero su estilo y su técnica estuvieron a buen nivel.
Finalmente llegó el turno de la última banda invitada. Ya llevábamos una hora y media de jazz en directo y nos preocupaba que el siguiente grupo nos ofreciera algo parecido a lo que ya habíamos escuchado. Sin problemas. La banda de Cardova entró a matar desde el primer minuto y nos tuvo entretenidos, animados y con muchas ganas de bailar. Esta vez fueron cuatro los integrantes del grupo: batería, guitarra eléctrica, bajo y pianista vocalista. Sin duda fueron los que más caña dieron sobre el escenario. Todos ellos no paraban de moverse y de interactuar con el público. Ritmo acelerado, un pianista con las gafas de Ray y un guitarrista y un bajista que no paraban quietos. El resultado: un público que se puso a bailar y a saltar.
Como podéis ver dieron un buen espectáculo. Todas sus canciones mantuvieron despiertos a unos espectadores que tenían el estómago vacío, ya que el concierto comenzó a las 8:30 y terminó sobre las 11 de la noche. Ya os podéis imaginar lo genial que hubiese sido encontrarnos una churrería o algo por el estilo en la puerta.
Cuando Cardova terminó, el público pedía más y más canciones. Nadie quería salir de ese ambiente tan bien construido a base de buenos grupos, una gran variedad de estilos y una noche del mejor jazz. ¡Si os gusta lo que habéis visto consultad los conciertos y horarios en la web del Black Music Festival!