American Horror Story finiquita otra temporada y te la puedo resumir en una palabra; ¡Chapó! Esta entrega ha sido bautizada con el nombre de Freak Show y si no la habéis visto siempre podéis leer nuestro artículo de inicio de temporada AQUÍ. En Silence la recomendamos fervientemente y ahora os explicaremos nuestros motivos para hacerlo (y no os preocupéis, os avisaremos si hay spoilers en la crítica).

American Horror Story te encanta o simplemente lo odias, pero lo mejor es que cada temporada es diferente y puedes volver a empezar. Considerada una serie de terror, AHS ha sabido huir de los tópicos que están de moda (zombies y vampiros) o darles la vuelta a los clásicos (manicomio y brujas). Pero esta vez se ha superado, al menos en lo que se refiere a la pasada temporada, que seguía siendo buena pero, como decíamos en ESTE POST, había cambiado un poco de target dirigiéndose a un público más femenino y joven. American Horror Story: Freak Show ha revuelto las entrañas del cine más fundacional para recuperar algo que en épocas pasadas producía verdadero pavor; los freaks, o monstruos de circo. Todos conocemos el clásico cinematográfico La parada de los monstruos, y la serie no deja de ser un recordatorio de ese mundo, recuperando incluso la moraleja de la película, aunque eso ya dejo que lo descubráis vosotros. Además, la serie resulta ser un ejercicio de estilo magnífico, donde los grandísimos actores que repiten temporada tras temporada nos demuestran su talento al interpretar diferentes personajes dramáticos. Ver esta serie es, en definitiva, un verdadero placer.

En esta entrega veremos a Jessica Lange desenvolviéndose en un papel que le va que ni pintado; ya la habíamos visto ejerciendo de diva destronada al más puro estilo Norma Desmond, pero esta vez el sentimiento de fracaso que caracteriza a su personaje es aún más profundo. Ella es la dueña del Circo de los freaks, y en realidad ejerce de madre de todos. Ella los ha ido “salvando” de sus vidas llenas de miseria y abandono y les ha dado un trabajo. Y los quiere, aunque su cita más famosa sea “Haz que el público venga por los monstruos, pero que se quede por la estrella” (refiriéndose a ella misma). Pero la cuestión es que su circo ya no tiene público, y ella sigue esperando una oportunidad que no llega. Alguien que vea su verdadero talento. Ella es Elsa Mars, y aquí viene mi parte favorita. Una de sus actuaciones estrella es la interpretación del clásico de David Bowie; Life on Mars, donde se viste y se maquilla como el andrógino cantante en su videoclip. Y la verdad es que todo lo que envuelve a David Bowie es considerado freak y glamuroso a la vez. Y así es como resulta ser Elsa Mars.

En el primer capítulo vemos como Elsa va a buscar a su nueva adquisición; unas hermanas siamesas con un mismo cuerpo y dos cabezas (Sarah Paulson). Las necesita para llenar su carpa de circo. Y lo buenísimo de este personaje es que las dos “cabezas” son muy diferentes; una es bobalicona e inocente y la otra es calculadora y muy, muy oscura. Juntas pasan a formar parte de una familia formada por Jimmy “el chico langosta” (Evan Peters), Ethel “la mujer barbuda” (Kathy Bates), Pepper y Salty “los cabeza de aguja“, Eve “la mujer enorme”, Ma Petit “la mujer más diminuta del mundo”, Paul “el hombre foca”, y un largo etcétera. Más tarde Dell “el hombre forzudo” y Desiree “la mujer con tres pechos” (Angela Bassett) se unirán al grupo.

Pero más allá de los considerados freaks, también tenemos a Dandy (Finn Wittrock), un niño de mamá que está obsesionado con el circo de Elsa; su protectora madre Gloria (Frances Conroy); un payaso asesino que no sabemos de donde ha salido y a Maggie (Emma Roberts) y Stanley (Denis O’Hare), unos timadores de cuidado. Y, un secretito, Neil Patrick Harris también aparece hacia el final de la serie…y es un mago.
Todo empieza con el circo y sus problemas de liquidez, además del tema del payaso que mata a diestro y siniestro. Pero la temporada evoluciona y va muchísimo más allá.

¡ALERTA SPOILER!

Suelo ser de esas personas que esperan un final de temporada que nunca está a la altura, pero cuando vi el de American Horror Story me quedé sin habla. No sólo me ha hecho sentir como si estuviera en Juego de Tronos, donde todo el mundo puede morir en cualquier momento, por muy importante que sea en la serie, sino que ha concluido de una manera excelsa. La gran moraleja que ya estaba latente desde el principio del primer capítulo resulta verse del todo destapada con la última mitad de la temporada; los verdaderos monstruos son los que están fuera del circo, los que se consideran “humanamente normales”. Y las almas más puras son, como bien dice Elsa, las de sus pequeños monstruos. No sólo hay sangre, muerte y ternura, en AHS nos hacen ver toda la maldad que puede haber en el mundo. Me parece magistral que Dandy asesinara a casi todos los freaks del circo y que, como venganza por parte de los supervivientes, convirtieran a éste en lo que siempre ha querido ser; una atracción de circo más.

También estuvo muy bien llevado el tema de Elsa, que sabemos que no es ni buena ni mala. O eso es lo que queremos pensar. Es genial que consiga su sueño y aún así sea tan infeliz que quiera morir, convocando al espíritu de los fantasmas de Halloween. Y es precioso ese final en el que vuelve a su circo, una vez muerta, y todos sus “hijos” la están esperando. Sobretodo Ma Petit, la pérdida más dolorosa para mi en toda la temporada. ¿Que os pareció que las siamesas acabaran formando una familia con Jimmy? Eso es lo único que no vi muy claro, pues no parecía que ese fuera el sueño de Jimmy, y de eso se trataba el final; de cumplir sueños. Lo que sí fue genial para su personaje es que, una vez perdiera sus manos de langosta, se hiciera una prótesis de estas, con su propia malformación. Brillante.
No sé si esta crítica ha sido absolutamente subjetiva, pues he partido del hecho de estar completamente enganchada a la serie. Lo que sí que sé es que está muy bien hecha, muy bien escrita, y muy bien parida. Y sólo por eso deberíais echarle un vistazo.