Descubriendo artistas con talento
L. Young
Sus versiones son alucinantes. L.Young, hijo de la ciudad de Louisville (Estados Unidos), llegó a mí a través de un enlace de Facebook y me desencajó la mandíbula enseguida. Este hombre empezó a cantar en la iglesia llevando pañales y con tan sólo 5 años se unió al coro (¡ojo!) sénior. A los trece años inició sus estudios en arte dramático y en poco tiempo empezó a trabajar como actor. Desde entonces su vida gira alrededor de la música, el teatro y la escritura y va haciendo sus cosillas. Hasta que un día aparece cantando en la pantalla de mi ordenador y flipo un buen rato. El éxito de algunos de sus vídeos es indiscutible, las visualizaciones llegan a las 3,381,665 visitas que no es poco, vamos que al hombre no se le da nada mal.
Internet es el escaparate de los artistas. Cada día se cuelgan un montón de vídeos, sobretodo de jóvenes cantando sus canciones favoritas. Lo mejor de todo es que salen a la luz personas con mucha sensibilidad musical, como es el caso de L.Young. Es entonces cuando esas grabaciones e imágenes caseras dejan de ser un acto narcisista (a veces lo parece) para convertirse en una inspiración para millones de personas. Lo que engancha de L.Young son las armonías que saca de las canciones que versiona y lo mejor de todo es que lo hace con la voz, es decir, canta a capella. Hace todas las voces que escucharíamos en un coro y, para qué negarlo, tiene su mérito. Por la red podemos encontrar a más personas cantando a capella y haciéndolo muy bien pero L.Young se sale.
Pentatonix
Si pienso en la música a capella me viene a la cabeza la imagen de una catedral, con sus cirios, los preciosos mosaicos de colores con motivos religiosos de las ventanas y rayos de luz iluminando alguna parte del templo, una escena muy medieval de cine. Una curiosidad: “Alla capella” significa “al estilo de la capilla, a la manera de la capilla”, para entenderlo mejor, los monjes no querían instrumentos que entorpecieran el mensaje de los textos sagrados. Como es normal la música ha evolucionado al ritmo del hombre porque la música ha servido y sirve como canal de expresión y cada época tiene su forma de hacerlo.
Tenéis que ver el siguiente vídeo de este grupo llamado Pentatonix. Un recorrido por la historia de la música.
Origen milenario
Hasta donde llega el conocimiento de la historia se sabe que mucho antes de que la música empezara a escribirse ya se cantaba. A día de hoy la música religiosa escrita más antigua encontrada data del siglo VI o VII. Aquí lo que más se conoce es el canto gregoriano pero existen muchos más tipos; cantos polifónicos, los ambrosianos, etc. En fin, el tema da para una enciclopedia. Si sois curiosos buscad. El musicólogo Joan Grimalt se refiere en su libro “Com escoltar música, una història de la música en audicions” (Como escuchar música, una historia de la música en audiciones) que la música sacra se distinguía de las otras músicas (para el teatro y para bailar) por su tendencia a la contemplación y no a la dramatización.
Los cantos litúrgicos proporcionaban momentos de comunión vocal que abstraían o al menos eso escribió Santo Agustín en sus Confesiones: “Vacilo entre el peligro de la voluptuosidad y la experiencia salvífica. Cuando estoy más emocionado por el canto que por el contenido de las palabras cantadas, me acuso de un grave pecado, y preferiría no oír al cantor”. Entonces me atrevo a decir que todos hemos pecado alguna vez.
La sensibilidad llega a las pantallas
La introspección al cantar no una exclusividad de los cantos litúrgicos, los cantos armónicos, por ejemplo, se desarrollan en un estado de meditación que lejos está de tocar la yema de algún dedo a Dios. En este estado encontré a Julia Westlin, una joven sueca de 26 años que versiona temas cantando a capella y asegura que es fruto de la intuición. Con esta alma de hippie (así se siente ella) os dejo.
Artículo escrito por Aitana Colina.