Lo reconozco: fui a ver la película “La batalla del año”. Trata sobre el mundo del breakdance y el hip hop. Estilos de baile que se han extendido en popularidad, pero que no todo el mundo saber bailar a la perfección. Esta película no destaca en argumento o en estilo cinematográfico, la verdad. Impacta por los bailes y sobre todo como se explica el funcionamiento del mundo del baile.
El protagonista es uno de los actores de “Lost”. Ni más ni menos que Josh Holloway (el guaperas). En esta película, no me engancha para nada. No puedo imaginármelo como el mesías que va a salvar a un grupo de chicos para ganar el premio a mejor grupo B-boy. Lo siento, no lo veo en ese papel. Pero aún así, lo cogieron y sólo sabe frungir las cejas y mostrarse ofuscado (porque, no es novedad: cayó en depresión porque perdió a su família, se aficionó al alcohol y de repente es suficientemente valiente para ocuparse de un equipo de baile). El representa que es un ex-entrenador de baloncesto a quién le dan la misión de construir un equipo ganador a través de un grupo de chavales con orígenes remotos, que su vida sólo es el B-boy.
Como gancho para el público, tenemos entre los protagonistas a Chris Brown. Él es un crack en este tipo de baile, y sus videoclips son una demostración. Pero si vemos esta película, es como si fuera un videoclip suyo de una hora y media. Y la verdad… Se hace un poco cansino. Además que Brown, aún está recuperando su imagen después de haber sido detenido por agredir a Rihanna. La cuestión: que él es un gancho crucial en la película.
Finalmente, faltaba una cosa: LA CHICA. Sí, sieeempre hay una chica, pero fea, nunca. Así que, ¡qué casualidad! La buenorra de la película es la coreógrafa del grupo. Pero no es una calientabraguetas, si no una chica dura de armas tomar, que nadie puede doblarla (aunque la verdad, en la película habla poquísimo). Y a parte de este papel, otro destacable es la publicidad. sí señores, me quedó muy claro todas las marcas que patrocinan la película. Por lo que realmente no es un argumento creado por alguien que le hacía ilusión hablar de los B-boys. Es una película para meter todo tipo de marcas, y comunicarlas en forma de película, a su público objetivo. Y señores, lo conseguirán. Pero a mi, no me engañan (por eso tengo el Grado en Publicidad).
En definitiva, os la recomiendo pero para verla en el sillón o sofá de vuestra casa. Porque es una película que no merece la pena verla en el cine, a menos que tengas unas ganas locas, como las tuve yo. Porque me apasiona el baile, y una película así, no quería perdérmela.