Os presento una serie de la que nunca hemos hablado y que hace escasos días ha finiquitado su primera temporada, con creces: Silicon Valley. Es una sitcom de la HBO (recordemos, sello de calidad) y ha recibido varias nominaciones a los Emmy de este año.
La llaman el “The Big Bang Theory” de los informáticos. Ahora os diré el porqué.
Nuestro protagonista Richard Hendriks (Thomas Middleditch) es un introvertido programador que trabaja en una de las miles de compañías de Internet que hay en la zona de Silicon Valley (de ahí el nombre). A parte, trabaja en una “startup business incubator“, que viene a ser una especie de incubadora profesional organizada por alguien que ayuda a los programadores que allí trabajan a desarrollar proyectos. Es ahí donde Richard crea una aplicación musical que incluye un sistema de compresión de archivos que puede revolucionar el mundo de Internet, y él casi que lo descubre por chiripa.
Es entonces cuando dos multimillonarios inversores se interesan por su creación y le ofrecen dos opciones; uno le compra la aplicación por una cantidad bestial de dinero. El otro le propone ayudarle a crear su propia empresa quedándose él con un tanto por ciento de los beneficios. Richard decide crear la empresa e incluir en ella a todos sus amigos programadores; Erlich Bachman (T. J. Miller), el dueño de la incubadora, vividor, asqueroso, interesado, amante de las drogas y, en el fondo, buena persona; Nelson Big Head (Josh Brener), mejor amigo de Richard e incluso más introvertido que él, además de un empanado mental; Gilfoyle (Martin Starr), un satánico con horchata en vez de sangre en las venas; y Dinesh (Kumail Nanjiani), un sarcástico y tocapelotas que está siempre peleando con Gilfoyle. El equipo final no es del todo este, pero si os lo contara os estaría matando la serie a spoilers…
Es gracioso ver que no tienen ni puñetera idea de montar una empresa, a pesar de ser muy capaces e inteligentes. Hay muchas series que hablan de “esos inadaptados en el colegio” que luego resultan ser unos genios, pero Silicon Valley tiene un enfoque diferente, más real, más desde el punto de vista de unos perdedores que tienen mucho que ofrecer al mundo. Y venga, porqué no decirlo, todos somos unos perdedores alguna vez, y por eso la serie es tan como la vida misma. Y ¿Qué hay más cómico que eso? Además, muestra muy bien cómo se desenvuelven los programadores de Silicon Valley en la vida real y, aunque los que no tenemos ni idea de este mundillo no entendemos de qué están hablando en algunas ocasiones, entendemos la serie y nos reímos con ella. Hacedme caso. Aquí trailer.
Hace escasos días terminó la primer temporada, y ya está siendo nominada a premios, como bien hemos dicho antes. Además, la serie va creciendo a medida que pasan los capítulos, pues lo interesante es ver cómo los personajes consiguen hacer algo con lo que tienen entre manos. Y, creedme, el giro final de temporada vale muchísimo la pena.
Real e hilarante, son los dos adjetivos que yo le pongo a Silicon Valley. Miradla, de verdad.