Soupçons (Sospechas, en francés) o mejor conocido como The Staircase, es una miniserie documental francesa grabada entre 2004 y 2018. Fue dirigida por el ganador del Oscar a mejor documental, Jean-Xavier de Lestrade, y con ella documentó los juicios de Michael Peterson, acusado por asesinar en 2001 a su esposa Kathleen Peterson.
Los camarógrafos y otros miembros del equipo de producción tuvieron acceso exclusivo a celebraciones familiares, reuniones de los abogados de la defensa y a la corte, incluyendo las salas y los juicios. Es por esto que es uno de los casos más documentados que hemos visto en mucho tiempo. Pero…¿es uno de los mejores?
La crónica del juicio tiene 13 episodios, ocho de los cuales fueron grabados en 2004 durante los primeros juicios. Los siguientes cinco, en cambio, se grabaron entre 2013 y 2018 a modo secuela para documentar la apelación que se hizo al reabrir el caso por motivos procesales.
La serie completa la puedes ver en Netflix. En FilmAffinity valora el documental con un 7,1 y en IMDB con un 7,9.
Episodio del Podcast de Las Culturetas sobre el documental The Staircase
A las culturetas nos encanta el true crime y este caso nos ha emocionado tanto que hemos hecho un especial de dos partes, una en abierto, hablando del flipante documental y de los sucesos. Eso sí, te advertimos que nos reímos MUCHO de todo el caso, el documental, la familia, de los abogados… De todo menos de la víctima, obviamente.
La segunda parte del especial es nuestro primer episodio para fans exclusivos que nos apoyan en Ivoox. En este segundo episodio del podcast tratamos las teorías más locas de Internet sobre la muerte o asesinato de Kathleen Peterson y el salseo de sus protagonistas.
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The Staircase y la familia feliz de Michael Peterson
Antes de empezar a profundizar en el caso, es necesario explicar el árbol genealógico de la familia de Michael y Kathleen Peterson, porque parecen una mezcla de ‘Los Serrano’ y ‘La casa de la pradera’.
Michael Peterson nació en Tennessee en 1943. Estudió Ciencias Políticas y Derecho en la Universidad de Carolina del Norte donde empezó con su pasión por la escritura en el periódico estudiantil. Poco después de graduarse, en 1968, se alistó a la Marina de EEUU, sirvió en Vietnam y se casó con Patricia Sue, profesora de la escuela primaria de una base militar en Alemania Occidental.
Con Patricia tuvieron dos hijos, Clayton y Todd, mientras vivían en Europa. Allí se hicieron muy amigos de Elizabeth y George Ratliff, quienes tenían dos hijas, Margaret y Martha. Desafortunadamente, George y Elizabeth fallecieron repentinamente, por lo que los Peterson adoptaron a las dos niñas, aunque más adelante, en 1987, se divorciaron y Michael volvió a Estados Unidos con la custodia de las Ratliff.
Ya en Estados Unidos, Michael se convirtió en un escritor de éxito con tres novelas basadas en sus experiencias en la Guerra de Vietnam y una columna en un periódico de Carolina del Norte. Allí conoció a Kathleen Atwater, una exitosa empresaria en el sector de las telecomunicaciones que tenía una hija pequeña de su matrimonio anterior, Caitlin Atwater. Se casaron en 1997 y se convirtieron en una gran familia con cinco hijos bajo el mismo techo.
Para el día de los hechos, los hijos ya eran jóvenes adultos, por lo que no vivían en el domicilio (mansión) familiar. Todos asistían ya a la universidad pero seguían viviendo en Carolina del Norte. En el documental nos muestran que estaban muy unidos y, tanto Michael como Kathleen, consideraban a los hijos de ambos como propios, incluso las tres niñas la llamaban “mamá”. Clayton y Todd obviamente, tenían su propia madre, pero Patricia seguía viviendo en Alemania, así que también le tenían mucho cariño a la nueva esposa de su padre.
Pasemos a lo interesante: los hechos en ‘The Staircase’
En diciembre de 2001, Michael hizo dos llamadas a urgencias indicando que su esposa Kathleen se había caído por las escaleras de su mansión de Carolina del Norte. Las declaraciones de Peterson fueron que habían estado viendo televisión mientras cenaban y bebían un poco más de la cuenta. Él la describió como una “hermosa noche”, porque después salieron a hacer la sobremesa a las tumbonas de la piscina, mientras continuaban hablando y bebiendo.
Al rato, Kathleen se retiró a descansar porque trabajaba al día siguiente y Michael declara que se quedó fuera fumando por más de 45 minutos, desde donde no se podía escuchar lo que ocurría en el interior de la vivienda. Más tarde, entró en la casa y encontró a su esposa tendida en el suelo de las escaleras, con un gran charco de sangre.
En la primera llamada al 911, Michael le dice al operador que su mujer aún respiraba, pero cuando los paramédicos llegaron, Kathleen ya estaba muerta y la sangre estaba seca y coagulada. Cómo había demasiada sangre para ser una caída común, los servicios de urgencias llamaron a la policía.
Algunas partes de la historia de Peterson eran bastante dudosas, como el hecho de que la temperatura exterior fuera de 12º centígrados y él llevara pantalones cortos en el exterior y que estos tuvieran salpicaduras de sangre. También parecía que alguien hubiese intentado limpiar la sangre de la pared cerca de las escaleras, así que se concluyó que Michael había asesinado a Kathleen apaleándola hasta la muerte con algún objeto contundente.
Michael fue a prisión provisional, de donde salió con una fianza de 850 mil dólares. Y aquí es cuando empieza el juicio más largo de la historia de Carolina del Norte y de Netflix.
El juicio a.k.a. la historia interminable
El documental muestra muy claramente el sistema judicial estadounidense, y eso es una de las cosas más interesantes. Es importante decir que Michael es una persona rica y con medios para tener una defensa potente, y además de contar con David Rudolf, abogado criminal y Ron Guerrette, investigador privado, también formaba parte de la vasta defensa el Dr. Werner Spitz, patólogo forense, el Dr. Faris Bandak, experto en biomecánica de lesiones y Marjorie Fargo, experta en selección de jurado, entre un largo etcétera.
Los médicos forenses concluyeron que Kathleen murió a causa de siete laceraciones severas en el cuero cabelludo, que parecían resultar de severos golpes repetidos con un arma ligera y rígida. El cráneo de la víctima no estaba fracturado ni había ningún daño cerebral, lo cual era inconsistente con un asesinato a causa de los golpes. Michael, que dejó de trabajar y se dedicó a tiempo completo al juicio, se declaró como no culpable.
Todo el proceso fue muy mediático, sobre todo cuando la fiscalía trajo a colación la orientación sexual de Michael. Utilizaron la bisexualidad del acusado y su “estilo de vida gay” en el ejército, además de otros aspectos de la vida privada de Peterson, para demostrar que el matrimonio de la pareja no era tan feliz como querían hacer creer. La acusación afirmó que Kathleen descubrió los amoríos con otros hombres, por lo que la pareja discutió y concluyó con el asesinato de la víctima. La asistente del Fiscal, Freda Black, declaró:
Kathleen se habría enfurecido al enterarse de que su marido, al que amaba de verdad, era bisexual y mantenía una relación extramatrimonial, no con otra mujer sino con un hombre, lo que habría sido humillante y vergonzoso para ella. Creemos que una vez que se enteró de esta información, se produjo una discusión y un homicidio.
La defensa de Peterson afirmó que su esposa sabía sobre su sexualidad y que además tenían un matrimonio abierto. Michael, además, añade que estaba fuera de casa cuando ella se cayó por las escaleras, e incluso sus abogados demostraron que era posible no escuchar las llamadas de auxilio de Kathleen desde la zona de la piscina mediante una recreación.
Otro motivo de controversia fue el tema del arma homicida. La fiscalía aseguraba que Kathleen habría sido asesinada con un atizador de hierro, desaparecido durante gran parte del juicio, que le había regalado su hermana (la de la víctima). A pesar de que los golpes no coincidían con las heridas de la víctima, la acusación se aferraba a ello como un clavo ardiendo. El atizador apareció justo antes de acabar el juicio en el garaje de la casa, un lugar en el que ya habían buscado. No obstante, no tenía sangre ni torceduras, por lo que se concluyó que no era el arma homicida.
Todas estas alegaciones se vieron agravadas con un giro argumental inesperado. Elizabeth Ratliff, madre de Martha y Margaret, en su día había fallecido también por un accidente doméstico un poco conflictivo para el caso: a causa de una hemorragia intracraneal al caer por las escaleras. La policía alemana y el ejército estadounidense concluyeron que la muerte fue accidental, pero la fiscalía argumentó que esta muerte “inspiró” a Michael para simular la muerte de Kathleen.
Con todo esto, sumado a que Kathleen tenía un seguro de vida valorado en 1,5 millones de dólares, el jurado determinó que Michael Peterson era culpable. En octubre de 2003 lo sentenciaron a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. El jurado determinó que Peterson lo hizo en un momento de rabia, pero también que fue premeditado, unos segundos antes del ataque de ira.
¡El plot twist que todos estábamos esperando!
La pieza principal de la fiscalía contra Peterson fue Duane Deaver, analista de salpicaduras de sangre. Y, agárrate, una investigación periodística realizada en 2010 descubrió que el científico chapucero falseaba los resultados de sus experimentos. Deaver declaró como experto que las manchas de sangre demostraban que Michael golpeó hasta la muerte a Kathleen y mediante dramatizaciones bastante dudosas concluyó que según las salpicaduras de sangre en los zapatos y en los pantalones cortos de Michael, este tendría que estar de pie sobre Kathleen mientras la golpeaba en la cabeza. Esto fue determinante para el juicio de 2004.
Con esta nueva información, David Rudolf, que ya había agotado las apelaciones sobre el veredicto, solicitó que el caso se abriera de nuevo. El juez encargado, Orlando Hudson Jr, determinó que Duane Deaver cometió perjurio durante el caso de Michael, y por consiguiente se debía reabrir el caso. El ex fiscal general de Carolina del Norte, Rufus Edmisten, dijo que cualquier prueba reunida después de que Deaver llegara a la escena del crimen podría ser considerada inadmisible en un nuevo juicio.
En diciembre de 2011, Peterson salió de la cárcel con una fianza de 300 mil dólares, bajo arresto domiciliario y con una tobillera de seguimiento. Entre 2014 y 2016 las idas y venidas del caso fueron constantes. Rudolf renunció al caso ya que no podía permitirse trabajar sin remuneración, lo que llevaba haciendo desde 2011 para volver a representarlo en 2017. En 2016 se rechazó la petición de Peterson de que se desestimara el segundo juicio, y se programó el inicio de uno nuevo para marzo de 2017.
Sin embargo, en febrero de 2017, la defensa de Michael y el fiscal llegaron a una resolución. Michael Peterson aceptó la declaración de Alford, en el que el acusado se declara culpable por homicidio involuntario y aunque se le declarase culpable en un tribunal penal, el acusado podía reafirmar su inocencia.
De esta manera, Michael no tenía que ir a otro juicio agotador con la posibilidad de volver a la cárcel. Michael Peterson fue condenado a 86 meses de cárcel después de presentar la declaración, pero no cumplió ningún tiempo adicional, ya que el juez permitió que el tiempo de prisión anterior contara como condena cumplida. Ya había estado más de 98 meses, por lo que quedó en libertad hasta el día de hoy.
Lo que no cuenta el documental…
El documental ha sido muy aclamado y más ahora que está en Netflix, pero se ha de tener en cuenta que no es del todo objetivo ya que no solo muestra la visión de la defensa y, a pesar de ser muy largo, es bastante propagandístico y muestra la mejor cara de Michael Peterson (la realización de este la pagó él de su propio bolsillo).
Aquí te enumeramos algunos de los temas que deberías tener en cuenta a la hora de ver este increíble true crime.
1. Mike no recibió ningún dinero del seguro de vida de Kathleen
Kathleen tenía una póliza de seguro de vida de 1.5 millones de dólares. En realidad, la póliza de seguro se emitió antes de que Kathleen conociera a Michael, y su primer esposo, Fred Atwater, fue nombrado como beneficiario, no Michael. En 2004, la póliza repartió ese dinero entre Caitlin y Fred.
2. Mike y Sophie Brunet (editora de ‘The Staircase’) tuvieron una relación amorosa
Durante el transcurso de la producción, la editora de ‘The Staircase’, Sophie Brunet, y Michael Peterson se enamoraron. Tuvieron una historia real, que duró hasta mayo de 2017, casi 15 años. Sin embargo, ella nunca dejó que sus propios sentimientos afectaran el curso de la edición.
3. Kathleen creía que iba a ser despedida y estaba preocupada por sus finanzas
Los fiscales presentaron expertos y pruebas que destacaron las preocupaciones sobre el posible despido de Kathleen de la empresa en la que era directora de servicios informáticos y ganaba 145 mil dólares al año.
También demostraron que los Peterson tenían más de 143 mil dólares en deudas de tarjetas de crédito a finales de 2001, y salía más dinero de sus cuentas bancarias del que se ingresaba. Algunos de los mensajes de correo electrónico de Peterson revelaron que en los meses previos a la muerte de su esposa, buscó ayuda financiera entre sus familiares para poder mantener a sus hijos.
4. El posible asesino de Kathleen: Un ave rapaz
A finales de 2009, se planteó una nueva teoría sobre la muerte de Kathleen: habría sido atacada por un búho en el exterior, se habría caído tras precipitarse al interior y habría quedado inconsciente tras golpearse la cabeza con el primer peldaño de la escalera.
Al revisar las pruebas tras reabrir el caso se descubrió que Kathleen había sido encontrada con plumas microscópicas en sus manos y cráneo mientras que las laceraciones en su cabeza parecían haber sido causadas por las garras de un búho.
5. Caso digno de estudio
Thomas B. Metzloff, un profesor de derecho en la Universidad de Duke, declaró que ‘The Staircase’ es un requisito para sus estudiantes, aunque no está de acuerdo con lo que se sugiere al final del documental sobre que Peterson no tuvo un juicio justo.
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Y a ti, ¿qué te ha parecido el documental? ¿Has flipado tanto como nosotras con las bromas de los protagonistas? Y la pregunta más importante ¿Crees que lo hizo Michael?
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