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‘Kids See Ghosts’, todas las claves del nuevo álbum

Kids see Ghosts es uno de esos pocos discos capaces de crear una tremenda expectación entre algunos grupos de histéricos fans, entre los que me incluyo. Y es que dos figuras del peso de Kanye West y Kid Cudi, que han colaborado tan estrechamente a lo largo de los años produciendo piezas de tremendo valor, parecía que iban a dar con la clave. Que iban a encontrar el secreto que se usaría durante los próximos años de cómo iba a evolucionar la música urbana.

Sin embargo, el disco al final se ha quedado en un intento por desarrollar un trabajo mayor. No es más que un recordatorio de lo que ambos han sabido hacer. Pero apenas sin un destello de la genialidad que habían logrado alcanzar juntos en otros temas. Pero vamos por partes.

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La larga espera de Kids see Ghosts

Kids See Ghosts es el álbum que ha sacado el grupo homónimo formado por Kanye y Cudi. Sacaron el disco amparados bajo el propio sello de Kanye: GOOD Music. Con apenas una semana de diferencia del ‘YE’ de Kanye, este largo de veintipico minutos se antoja como un conjunto de canciones que no alcanzaron a colarse en Ye.

La producción, evidentemente, corre a cargo de Kanye. Hoy en día su imagen ha trascendido fronteras en el plano musical. Kid Cudi por su parte es una figura un tanto más contradictoria. Después de alumbrar éxitos comerciales como Day and night y Memories, fue capaz también de sacar discos absolutamente originales, como Man on the Moon, tanto su primera como su segunda parte.

Sin embargo, poco a poco se fue quedando estancado en un estilo muy similar y cerrado. No fue capaz de generar una nueva obra ni temas tan originales como The soundtrack to my life. Ni como Pursuit of happiness. Trataba de imitar la esencia anterior pero sin conseguir modernizarla. Pese a todo, había mantenido un nutrido grupo de fans que no dejaban de esperar algo nuevo, y había colaborado con nombres de la talla de Kendrick Lamar.

Los mejores de la clase

Kanye y Cudi habían colaborado anteriormente en diversas ocasiones. En la megalómana All of the lights y en la rompedora y original Erase me, por poner algunos ejemplos.

Pero, similar a lo que pasó con el disco entre Jay-Z y Kanye West en el que, salvo un par de trabajos especialmente libres y originales, el resto no fue más que un poco de extraña paja y de fórmulas ya trabajadas por ambos para conseguir llenar un largo con su nombre.

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¿Cuál es el principal problema? Sus antecedentes. Y es que si cualquier otro artista urbano hubiese sacado un disco así, cabría considerarlo como un buen trabajo. Pero al tratarse de dos personalidades de esta magnitud, la nota de corte se sitúa, automáticamente, en una cifra mucho mayor. ¿Profundizamos?

Una repetición de viejos trucos

Pasa una cosa que nunca había pasado con un disco producido por Kanye, y es que todo suena a algo.

Cuando pasó de My Beautiful Dark Twisted Fantasy a Yeezus siguiente, el sonido era absolutamente nuevo, rompedor y nunca antes practicado por él. Cosa que ahora no es así.

El disco lo abre Feel de love; una de las apuestas más fuertes del álbum. Especialmente esa especie de scat moderno con el que cierra el tema. Fire, el siguiente track, empieza ya a traer reminiscencias de otros álbumes. Se trata de juegos o de recursos que ambos han empleado ya en otras ocasiones, sin ser capaces de hacer que aporten algo nuevo. 4th Dimension, el tercer tema, tiene un ritmo vibrante y enérgico, pero uno no puede evitar recordar Black Skinhead y de pensar que se trata de una remodelación de esta, aunque sea de manera lejana.

Reborn, la punta de iceberg del álbum, evidentemente apunta maneras a ser el mejor track de la lista. Una especie de homenaje a los mejores tiempos de Kid Cudi, en sus primeros discos.  Perfectamente acompañado por una buena producción. Pero precisamente hacer que el pilar de la lista sea un recordatorio de sus buenos tiempos es un buen regalo y guiño para los incondicionales, pero resulta redundante en un disco que parece no terminar de despegar ni de encajar.

En cuanto a Kids see Ghosts, probablemente se trate de la instrumental más original de todas cuantas hay. Sin embargo, sigue estando lejísimos de la calidad que ha demostrado una semana antes en Ye. Cierra el disco Cudi Montage, y no deja de ser un acierto, ya que este es el único tema de todo el disco que no solo funciona (como Reborn) sino que también aporta algo de novedad.

Los niños frente al fantasma

El espíritu que hay detrás de este largo bien merece una evidente mención. Los problemas psicológicos y personales han sido un fértil campo de cultivo para muchos artistas de la música urbana. Y en el caso de ambos no es una excepción. La bipolaridad de Kanye y el insomnio y los miedos nocturnos de Cudi (de los que tanto había hablado en otras ocasiones) son un poco el punto en común o la sintonía de las temáticas y las letras del álbum. Retrotraerse a la infancia como un medio de buscar escudo y defensa frente a los problemas de la madurez. Esos fantasmas que les acechan.

Reborn es la principal guía de estilo de todos sus trabajos. Una manera de renacer, de enfrentarse a esos miedos y obsesiones. Keep movin’ foward reza Cudi, como un mantra, en esta canción.

Se trata de un exorcismo.

Por un lado, Kanye, tras sus descontroles, sus largos evangelios en los directos y demás diarreas verbales que no hacían más que desmerecer su figura, parecía haber perdido completamente el rumbo y querer aislarse “very rarely do you catch me out”.

Y Kid Cudi, como un niño demasiado introvertido, fue ignorando la atención pública en todas sus facetas. Como si no estuviese preparado para ser famoso. “Pain in my eyes, in the time I find. I’m stronger tan I ever was” dice Kid en Cudi Montage, la verdadera revelación del disco.

Cosa del pasado

Siempre resulta sospechoso hablar de valor en un disco, sin embargo, Kids see ghosts un caso concreto en el que sí podemos decir que el acierto principal es el ambiente emocional que se desenvuelve. Previamente habían tratado sus depresiones, miedos y problemas. Pero nunca juntos y de manera tan frontal y profesional.

El problema de Kids see Ghosts no está tanto en el trabajo que tiene encima, sino en el que tiene detrás. Se produce un extraño efecto de espejismo, en base al cual viendo lo que han sido capaces de hacer ambos. Asumimos que tienen que seguir por ese camino. Se trata de una ruta que ellos mismos se han molestado en crear. Y luego, cuando vemos que las expectativas de tan ansiado crossover no terminan de cumplirse, nos decepcionamos. Insisto, en absoluto se trata de un mal disco. Sencillamente es insuficiente para ambos. Como si los dos mejores alumnos de la clase se conformasen con un suficiente.

Kids see ghosts es el disco sacado por el grupo homónimo formado por Kanye West y Kid Cudi. Ambos artistas llevan años colaborando muy estrechamente. Y por fin han sacado juntos un largo que sus fans llevan mucho esperando. Sin embargo, toda esa expectación y calidad de sus trabajos anteriores han hecho que este resulte mucho menos original y novedoso que la mayoría de sus trabajos.

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