Llega a nuestras pantallas con un considerable retraso respecto al mercado estadounidense, el enésimo proyecto cinematográfico que protagonizó un joven de nombre Ronald De Feo Jr en la población de Amityville hace ya más de cuatro décadas.
Que nadie espere encontrar en Amityville: El Despertar la calidad, frescura y éxito de otras producciones recientes como Déjame Salir o It, ya que nos encontramos ante una cinta de terror de lo más convencional, con su casa encantada, la típica familia disfuncional y la adolescente rebelde que tiene cierta tendencia a pasearse en lencería sexy de un lado al otro de su nuevo hogar. Aún así, contiene algún que otro detalle interesante, unas actuaciones bastante aceptables, y contados sustos de manual que tantas veces hemos visto ya pero que inevitablemente nos hacen saltar de la butaca.
¿De qué va Amityville: El despertar?
La historia es de lo más simple. Belle (Bella Thorne) y su familia se mudan a una nueva casa, con el fin de ahorrar dinero para ayudar a pagar el costoso tratamiento de su hermano gemelo que se encuentra en coma. Pero cuando fenómenos extraños empiezan a ocurrir en la casa, incluyendo la recuperación milagrosa de su hermano y pesadillas cada vez más espeluznantes, Belle comienza a sospechar que su madre no le está contando toda la verdad y pronto se da cuenta de que acaban de mudarse a la terrorífica casa de Amityville.
Nada demasiado nuevo ni original, de hecho, la película nos ofrece referencias metalingüísticas a la obra original, Terror en Amityville (Stuart Rosenberg, 1970) y cierta clave de humor sobre los remakes, e incluso nuestra protagonista utiliza la cinta clásica para documentarse sobre nueva vivienda. Es precisamente ella, junto a la mítica Jennifer Jason Leigh en el papel de atormentada e inquietante madre, y a la perturbadora presencia de Cameron Monaghan al que muchos conoceréis por su participación en la serie de Gotham en el rol de Jerome, las mejores bazas que nos propone el film.
El propio Franck Khalfoun, firma el guión además de encargarse de la dirección, en un trabajo solvente pero que carece de personalidad y músculo que le permitan realmente destacar. Sin ir más lejos, encontramos bastante más interesante el que fuera su debut tras la cámara, Parking 2 (2007), o el notable remake protagonizado por un desconcertante Elijah Wood, Maniac (2012). Ambos títulos, por cierto, producidos por el señor Alexandre Aja, y que tuvieron una discreta aunque más cálida acogida dentro de los aficionados al género. Y es que en aquellos casos la acción iba al grano, sin demasiados rodeos, ofreciendo un entretenimiento de lo más puro y honesto, mientras que en la que nos ocupa, y a pesar de su escasa duración que no llega ni a la hora y media de metraje, da ciertos síntomas de estiramiento en su desarrollo con innecesarias vueltas que lastran su ritmo narrativo.
En conclusión, Amityville: El Despertar, es una película fallida que nos lleva a terrenos demasiado explorados en el cine de terror, y que salvo el ligero atractivo de algunos de los elementos que plantea, especialmente en torno al personaje encarnado por Monaghan, nos deja un sabor de boca agridulce y la sensación de haber desperdiciado una nueva oportunidad para darle a Amityville el trato que se merece y esté a la altura de su leyenda.
Lástima de un arranque prometedor que nunca termina de explotar. Quien sabe, quizás tengamos más suerte la próxima vez, aunque si vuestro nivel de exigencia no es demasiado alto y os puede el hambre de este tipo de producciones, igual podréis encontrar aquí un fast food que os sirva de ligero entretenimiento.