El Teatro Calderón de Madrid revive cada noche la época de Studio54 con The Hole Zero. La obra se sitúa a finales de 1979 cuando la juventud de la Gran Manzana pretende entrar en una nueva década por la puerta grande. Arte, descaro y humor son los motores de un espectáculo que no pasa desapercibido.
La Terremoto de Alcorcón como maestra de ceremonias es, sin duda, un puntazo a favor. Y Noelia Pompa a modo Pepito Grillo encarna una conciencia intranquila y real como la vida misma. Les acompañan más de 20 artistas de lo más estrafalarios y genuinos a los que aplaudo –de verdad que aplaudo, no sabéis las cosas que hacían– uno por uno.
Trapecismos, acrobacias, danza, monólogos y mucha, mucha gana. La ambientación en un Nueva York alocado y la puesta en escena de cada actuación no tiene desperdicio. Por un poco más, puedes hasta cenar durante el espectáculo y vivirlo un poquito más de cerca. Si no, siempre tienes –como una servidora– opciones más baratas desde las que se disfruta igualmente de The Hole Zero.
Sensaciones tras el show de ‘The Hole Zero’
Me encantó, se nota, lo sé. Me sorprendió el show, cuando no estaba pendiente de una actuación de lo más circense, es porque estaba disfrutando de buena música o riéndome a más no poder con acertados golpes que venían uno detrás de otro.
Sexo, amor, descontrol, drogas… y qué bien mezclados tantos temas. “Soy quien me da la gana y amo a quien me da la gana” a modo bandera. ¡Vergüenza da robar y no ser uno mismo! Esa es la idea con la que salí de allí. Se convirtió en el plan perfecto para un viernes por la noche con amigos justo antes de perderse por las calles madrileñas.
Un rollito que mezcla circo y humor en una constante fiesta disco. ¡Arte en formato alternativo!
“Nunca se sabe cómo termina una fiesta… ahora sabrás cómo empieza”. Y es que The Hole Zero es el origen, la precuela del agujero original: The Hole, escrita y dirigida por Paco León. Desde 2011 actuando y actualmente dando una gira por toda la península. The Hole 2 también tuvo su momento, ahora toca ir atrás en el tiempo.
*Artículo escrito por Adriana Rocha