“Requisitos para ser una persona normal”
María de las Montañas es una treintañera a quien la vida no le sonríe: no tiene trabajo, la han echado de su piso por no pagar el alquiler, no tiene pareja y vive distanciada de su familia. En una entrevista de trabajo le preguntan qué tipo de persona es y, al darse cuenta que no cumple ninguno de los requisitos para ser considerada “normal“, se pone manos a la obra para convertirse en eso: una persona normal.
Leticia Dolera: de actriz a guionista y directora
Leticia Dolera (El otro lado de la cama, Rec3, La Novia), es una joven actriz española que debutó en la serie “Al salir de clase” y a partir de ahí dio el salto al cine. Leticia estudió Interpretación en Los Ángeles, pero también estudió canto, jazz, danza clásica e improvisación. Ya hizo sus primeros pinitos como directora de cortometrajes, ha rodado “Lo siento, te quiero” y “A o B”: con el primero ganó el premio al mejor cortometraje fantástico en la Fantastic Fest en 2010.
Aquí tenéis el cortometraje “Lo siento, te quiero”. Digno de ver.
“Requisitos para ser una persona normal”, ha recibido ya importantes premios, ganó en el Festival de Málaga: mejor guión novel, fotografía y montaje. Y está nominada a Los Premios Goya en las categorías: Mejor Dirección Novel, Actor revelación (Manuel Burque) y Mejor Montaje. Le deseamos muchísima suerte a Dolera, pocas veces se ven tantas mujeres jóvenes en el cine español despuntando con grandes películas. (Como es el caso de Paula Ortíz con “La novia”, la película con más nominaciones a Los Goya en esta última edición).
En esta película, Leticia Dolera ha querido contar cómo a menudo solemos hacer lo que creemos que se espera de nosotros, por el simple hecho de querer encajar, cuando en realidad lo mejor es ser nosotros mismos y aceptarnos con nuestras virtudes y defectos. Dolera también ha querido reflejar ese síndrome de Peter Pan que persigue a la mayoría de los treintañeros, un síndrome tan necesario como divertido y tierno.
Lo mejor:
“Requisitos…” es una película muy naíf en su forma y estilo, agradable, simpática, divertida y sobretodo, humana. Lo que más me fascina tras haberla visto por segunda vez (con Leticia Dolera en la sala), es que desprende tanta verdad sin maquillar, que emociona. Dolera nos trae una historia libre de estereotipos. Así nos lo explicaba en la charla de ayer en la Cineteca del Matadero en Madrid: “Para ser original hay que huir de los estereotipos que nos marcan, huir del príncipe alto, guapo, delgado, y atreverse a que el héroe sea otro, o incluso la chica”.
Y es por eso que, lo bonito y tierno de esta historia, es que el chico protagonista es un pelirrojo con sobrepeso (sí, el anti morbo de cualquier chica), pero deja claro que el amor no es perfecto y que ser “normal” no conlleva ser feliz. Otro de los protagonistas que a mí personalmente me cautiva, es Alex, el hermano pequeño de María de las Montañas. Según la sociedad en la que vivimos, Alex no encajaría como “persona normal“, pero es el personaje que más sabe de la vida, porque es el primero que no desea ser como los demás y eso es admirable. (Cuándo veáis la película sabréis de lo que hablo). Es el “amigo del héroe” que le ayuda en su camino al éxito, dándole consejos y lecciones. Pero en mi opinión, él es más héroe que cualquier otro.
Un film lleno de colores vivos, un montaje muy indie, muy francés. Con anotaciones en pantalla que no sólo ve el espectador, sino también los protagonistas dentro de la historia, muy Woody Allen hablando a cámara. Ese color tan naíf en la imagen se consiguió según nos explicaba Leticia, utilizando unas lentes de los años 60 que colocaron en la cámara Red One, para que le diera ese cromatismo tonos pastel tan de cuento.
Le preguntaron también en la charla, cómo es eso de dirigirse a sí misma, si ya estaba planeado o tenía a otra actriz pensada para “María de las Montañas” cuando escribió el guión. Nos contaba que para nada tenía pensado protagonizar su propia película, fue algo que surgió tras la primera reunión con los productores que, tras leer el guión dieron por hecho que sería ella la protagonista, no había nadie que pudiera hacerlo mejor. “Fue raro pero así había una persona menos a la que tenía que dirigir”, nos contaba entre risas.
La música: una de las otras maravillas que acompañan a esta historia, juega un papel muy importante, dándole ese espíritu naíf que envuelve a los protagonistas. La BSO está compuesta por la cantautora Luthea Salom, cuya música está entre el indiepop y el folk. La música también se completa con canciones de Neuman, McEnroe, The Bright, Tulsa o Family entre otros. Incluso en los créditos finales, sorprende la propia Leticia cantando junto con Luthea Salom uno de los temas del film. Ya sabéis, si vais al cine a verla aguantar los créditos hasta el final, que Leticia canta muy bien. (Mejor que muchos).
Comparto, la que para mí es la mejor canción, que justo aparece en el mejor momento de la película. (Que no os voy a decir cuál es, tenéis que verla). Es un tema de Tulsa llamado “A mis brazos”. Los que ya habéis visto el film, sabréis que es magia para los 5 sentidos.
Curiosidades:
Una de las cosas más destacables que nos contó Leticia sobre el proceso de creación de la película, casting y “requisitos” para que saliera una historia completa, era esa esencia y verdad de los protagonistas que casi le llevó a la obsesión. Porque para ella (desde su condición de actriz), lo más importante en una película es el guión y los actores, sin eso no hay nada. (Y en mi opinión lleva toda la razón, desde mi condición de guionista, claro).
Manuel Burque (Borja, el gordito pelirrojo), fue el personaje que casi le hunde todos los planes. ¿Por qué? “A punto estuve de tener que buscar otro actor gordo para el rodaje, porque no había manera de que engordara, tenía el colesterol alto y la dietista no quería engordarle con donuts, sino con lentejas y filetes”. Contaba Dolera entre risas. La dietista que por cierto, fue la misma que contrataron en la película “Gordos” de Sánchez Arévalo. La cual consiguió que Antonio De la Torre engordara como un tonel y después volviera a su peso ideal.
Leticia nos contaba que, le hizo engordar a propósito porque no había otro actor gordo (ya que hay pocos donde elegir), que encajara mejor en el papel de chico tierno, pero a la vez divertido e infantil. “Lo quería a él, y lo quería gordo, incluso más gordo de como sale en la película, pero la dietista me dijo que no, que podía darle un infarto y ya desistí”, explicaba Leticia. Tras ganar veinte kilos para la película, Manuel Burque vuelve a estar estupendo y rápidamente perdió ese sobrepeso que Dolera le obligó a coger. ¡Menudo caos!
Lo dicho, no le quitéis el ojo de encima a Leticia Dolera, que ya está escribiendo su segundo guión de largometraje, y seguro que no nos dejará indiferentes. Así nos lo contaba en la charla:
“Estoy en ese proceso en el que todo lo que escribo me parece una mierda, pero en ello estoy“.
Por cierto, ¿sabíais que Leticia Dolera hizo un cameo en Penny Dreadful, la serie de género creada por John Logan y dirigida por Bayona? Pues ya lo sabéis. Más motivos para amarla.
¡Desde Silence le deseamos toda la suerte del mundo en Los Goya!