¿Disfrutas con una buena historia de detectives con asesinatos, una trama que se complica a cada vuelta de página y la diversión añadida de crear tus propias teorías al respecto?
Entonces no puedes perderte la novela gráfica “La escena del crimen”. Ed Brubaker y Michael Lark , conocidos por sus aclamadas etapas en Gotham Central y Daredevil, se unen a Sean Phillips para recrear la historia del investigador privado Jack Herriman. Su familia tiene una tradición policial, su padre policía y su tío un aclamado fotógrafo de crímenes le han dejado el listón muy alto pero un gran reto llama a su puerta para demostrar de lo que es capaz como investigador.
Un compañero de su padre le pide un favor personal y le introduce en un caso que se tiene que desarrollar con la máxima discreción. Una hermana desesperada por encontrar a su hermana se convertirá en la chispa que detonará una historia que se remonta a las comunas hippies de San Francisco de los años 50: drogas, sexo y todo tipo de secretos.
Al mismo tiempo iremos conociendo al protagonista y entender todas sus decisiones hasta ir descubriendo poco a poco su oscuro pasado. Su tío es un personaje muy entretenido que tendrá sus momentos claves en esta historia, a nivel personal y profesional. En ocasiones ves cómo el protagonista, un tipo duro y calculador, se tiene que enfrentar a situaciones cotidianas típicas de un padre con su hijo adolescente.
Debes prestar atención a todos los detalles si pretendes resolver el caso antes que el protagonista. Son capítulos cortos que terminan dejándote un dato importante que te hará girar la página y continuar leyendo. Se trata de una historia, a mi parecer, muy auténtica que reúne todos los elementos necesarios para una buena historia de este género.
El dibujo tiene muchas sombras que aportan la pizca de oscuridad que merece la historia, no se recrea en los detalles de los escenarios y de la fisonomía de los personajes, pero son detalles que pasan a un segundo plano porqué la historia se lo permite.
Que no os engañe el tomo de esta novela gráfica, parece fino pero es muy matón. Os enganchará y desearéis que sea mucho más largo y acompañar al protagonista en un nuevo caso. Por suerte, en esta ocasión encontraréis una breve historia más al final de la historia principal con una siniestra moraleja. ¡Leedlo y entrad de lleno en la escena del crimen!